jueves, 13 de septiembre de 2018
LA VIRGEN DEL DULCE NOMBRE RECORRE BELLAVISTA EN SU ROSARIO VESPERTINO
Como es tradicional cada 12 de septiembre, la Hermandad de Bellavista celebró este miércoles el rosario vespertino por las calles del barrio con la imagen de María Santísima del Dulce Nombre, coincidiendo con su festividad.
Con algunas de las calles más cercanas a la parroquia adornadas con pancartas, colgaduras y hasta mantones, el cortejo comenzó a salir del templo a las nueve de la noche, encabezado por la cruz alzada y cuatro ciriales. A continuación, iban el estandarte corporativo, miembros de la junta de gobierno con varas y dos monaguillas perfumando el barrio con incienso.
El capataz que cada Viernes de Dolores guía el paso de palio de la Hermandad de Bellavista, Ernesto Sanguino, hizo lo propio con las andas sobre las que iba la Virgen del Dulce Nombre, que portaba su corona de salida, manto liso de terciopelo azul, saya blanca con bordados en oro y fajín hebraico. Además, en la mano derecha tenía un pañuelo, mientras que con la izquierda sujetaba un rosario y una rosa de pasión.
Desde el patio de la parroquia, donde estaban las andas en el lado derecho, la dolorosa salió a la calle entre los aplausos de los devotos que la esperaban en la calle Caldereros, donde giró a su derecha para posteriormente tomar la calle Vigo. En ella, tras la oración inicial que se había rezado en la misma puerta del templo parroquial, se dio lectura al primer misterio del Santo Rosario. Al igual que en el rosario de la aurora del Cerro el pasado domingo (ver), también el miércoles es día de los misterios gloriosos, por lo que el primero fue la Resurrección del Señor.
Poco después, desde una casa situada en la esquina de Vigo con Guadalajara se lanzó una petalada sobre las andas que arrancó de nuevo los aplausos de la gente; momentos que hacían contrastar la solemnidad de un rosario sin acompañamiento musical con la expresión popular de la enorme devoción de un barrio como es el de Bellavista.
Desde la calle Guadalajara, la Virgen del Dulce Nombre pasó a la calle Cristo, en la que se rezó el misterio de la Ascensión del Señor. Hay que indicar que las andas llevaban unos faldones de color blanco con el anagrama mariano en el frontal. En cuanto a las flores que adornaban las andas, podían verse astromelias, lisiantum, margaritas, gladiolos y algunos nardos. Seis candeleros con cera blanca iluminaban (todo lo que la brisa permitía) a la dolorosa que tallara Luis Álvarez Duarte.
Por la calle Almenas continuó el recorrido de este rosario vespertino con la Virgen del Dulce Nombre. Fue aquí donde se rezó el tercer misterio, la Venida del Espíritu Santo, mientras que el cuarto, la Asunción de la Virgen, fue en la calle Miguel Ángel.
Desde ésta salió de nuevo a la calle Guadalajara, aunque por un tramo distinto, adentrándose posteriormente en Enamorados, escenario del rezo del último misterio glorioso, el de la Coronación de la Santísima Virgen.
Finalmente, la Virgen del Dulce Nombre alcanzó la calle Caldereros y, tras una parada en el principio de ésta, llegó a la puerta de la parroquia a la que da nombre y quedó colocada dejando la fachada a su espalda. En este punto, el párroco del Dulce Nombre, Santiago César González Alba, dio lectura a las letanías y dirigió las oraciones finales en honor a la que se refirió como "Reina de Bellavista".
A continuación, la Virgen entró de nuevo en la parroquia y los vecinos la despidieron con palmas pasadas las diez y media de la noche.
Los cultos anuales en honor a María Santísima del Dulce Nombre de Bellavista, culminarán el próximo sábado con su besamanos durante toda la jornada.
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