La Hermandad de Pasión y Muerte celebra este sábado el besapié a su crucificado en la Parroquia de Nuestra Señora del Buen Aire, donde esta semana se está celebrando el quinario. En el presbiterio, junto a la Virgen titular de la parroquia, está ubicado el Cristo de Pasión y Muerte, que se encuentra tumbado y con los brazos y la base de la cruz apoyados en sendas estructuras cubiertas con tela de damasco de color negro.
El crucificado que tallara José Antonio Navarro Arteaga está flanqueado por dos candelabros cedidos por la Hermandad de San Diego, de la localidad de San Nicolás del Puerto, con la que la de Pasión y Muerte mantiene una estrecha relación. Asimismo, alrededor del Cristo están los cuatro ángeles que figuran en las esquinas de su paso y que fueron estrenados en 2017. Dos de ellos sujetan filacterias; una morada con la palabra Pasión y la otra negra en la que pone Muerte. Y los otros dos tienen un pañuelo y una corona de espinas. Tanto los candelabros como los ángeles están colocados sobre columnas de base cuadrada decorados con apliques de madera dorada, terciopelo y damasco rojo.
Por otra parte, sobre la alfombra que vemos en el espacio de este altar de besapié, hay dos jarras de las que en un futuro adornarán el palio de la Virgen del Desconsuelo y Visitación con claveles y astromelias de color rojo; estas flores también están en la base de la cruz y en un centro bajo el crucificado.
Finalmente, al fondo, a modo de dosel, vemos más damasco negro con una especie de gotera y dos corbatas en los extremos del mismo tejido y con decoración pictórica dorada, elementos estrenados en el quinario y besapié del año pasado.
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