El pasado domingo la Hermandad de San Roque dio comienzo a los cultos anuales en honor al Santo Crucifijo de San Agustín con la celebración de su besapié, para el que la imagen fue colocada en posición vertical, al contrario de lo habitual en años anteriores.
El crucificado que talló en 1944 Agustín Sánchez Cid estaba ubicado ante su retablo, donde veíamos el busto de la dolorosa que siempre le acompaña en su altar y un repostero con el escudo de la hermandad. Además, junto a esta dolorosa había seis candeleros dorados con decoración en espiral. Los dos ubicados más al centro tenían pequeñas velas blancas, mientras que los otros cuatro portaban altos cirios azules.
La base de la cruz del Cristo de San Agustín estaba oculta con una tela de damasco rojo sujeta con un cíngulo, y al lado veíamos dos pies de base cuadrada y decorados con terciopelo rojo y apliques de madera dorada, donde había sendas jarras de plata con claveles rojos y astromelias rosas. Estas mismas flores se veían detrás, en un centro ante el busto de la dolorosa, y en dos jarras en los laterales del retablo.
Por último, había cuatro altos blandones de madera dorada y policromada con cirios azules, dos junto al Cristo y los otros dos en la parte delantera del altar del besapié, y en el lado derecho estaba la bandera del propio crucificado que forma parte cada Domingo de Ramos del cortejo de la cofradía, haciendo así que, aunque no procesione, el Crucifijo de San Agustín esté presente en la estación de penitencia.
Finalizado el besapié, se celebró el rezo del vía crucis por las naves de la Parroquia de San Roque y esta semana tendrá lugar el solemne quinario.
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