domingo, 7 de abril de 2019
BESAPIÉ Y BESAMANOS AL CRISTO DE LA EXPIRACIÓN Y A LA VIRGEN DE LAS AGUAS
El Santísimo Cristo de la Expiración y María Santísima de las Aguas, de la Hermandad del Museo, han estado este fin de semana expuestos a la veneración de los fieles en besapié y besamanos, respectivamente; un culto conjunto tradicional en la cofradía decana del Lunes Santo antes del inicio de una nueva Semana Santa.
El Cristo de la Expiración ha estado detrás, ante un grandísimo cortinaje de damasco rojo que cubría por completo el retablo principal de la Capilla del Museo. Del cortinaje pendía un repostero decorado con heráldica de la hermandad. El crucificado lucía las potencias de salida y estaba flanqueado por dos faroles de madera dorada con dos ángeles que portaban un cáliz y una escalera. Los faroles se elevaban sobre altas columnas de base cuadrada adornadas con damasco rojo y apliques dorados. A los pies del impresionante Cristo del Museo, veíamos diversas flores de tonalidad morada que también estaban ante la escalera que permitía a los devotos la subida para besar los pies. Y en los extremos, había dos jarras doradas con las mismas flores antes descritas y dos candeleros también dorados junto a cada una de ellas.
Delante se encontraba la Virgen de las Aguas sobre una peana plateada y vestida con un manto azul y una saya burdeos, ambos bordados en oro, un fajín hebraico y el clásico tocado monjil que caracteriza a la dolorosa de Cristóbal Ramos. Sobre la cabeza, tenía la diadema de salida y en el pecherín la cruz con el broche en el que puede leerse su advocación. También en la cintura veíamos varios broches, mientras que en la mano derecha sujetaba un pañuelo de encaje y un rosario. Las dos manos las tenía con las palmas hacia arriba.
Junto a la dolorosa de las Aguas veíamos dos de las jarras de su paso de palio con diversas especies florales y dos candelabros de plata con velas blancas. Todo ello estaba sobre sendos pies de base cuadrada.
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