viernes, 26 de abril de 2019

DOMINGO DE RAMOS 2019: CALUROSA JORNADA DE NOTABLES RETRASOS

Por más que salgan hermandades durante los días anteriores. Por más que ya veamos nazarenos, oigamos marchas y contemplemos pasos de misterio y de palio por las calles, nada es comparable a la emoción del Domingo de Ramos, día principal en el calendario de cualquier cofrade. Y este año, además, se tenía la plena convicción de que la jornada se podría vivir al cien por cien en las calles, sin sobresaltos ni incertidumbres meteorológicas, como las que marcaron las primeras horas de este día el año pasado.
No iba a ser así en este 2019. Todo lo contrario. El intenso calor iba a ser protagonista, como lo demostraba el hecho de que durante el discurrir de la Hermandad de la Paz, la primera en salir, por el Parque de María Luisa, hubo momentos en que sus blancos nazarenos estaban prácticamente solos en sus filas bajo el sol, mientras la mayoría de las personas que veían a la cofradía por tan emblemático lugar esperaban la llegada de los pasos bajo la protectora sombra de los árboles.
El primero de los pasos del Domingo de Ramos, el de Nuestro Padre Jesús de la Victoria, dejaba atrás su barrio del Porvenir por la calle Brasil y cruzaba la Avenida de la Borbolla a los sones de la Agrupación Musical Nuestra Señora de la Encarnación.
Estrenaba el paso un nuevo suelo que asemeja una calzada romana; un estreno que desde la calle no se aprecia, pero sí la nueva cruz del Señor de la Victoria y una renovada disposición de las imágenes secundarias para reforzar la interacción entre todas ellas en la escena representada, que es el momento en que se le entrega a Jesús la cruz para que emprenda el camino hacia el Calvario.
Ernesto Sanguino volvió a ejercer de capataz general de la cofradía por tercer año, acompañado por sus auxiliares, quienes condujeron el misterio entre una gran cantidad de gente, abandonada ya la protección de la sombra, por el parque y por la Plaza de España. Un discreto friso de claveles rojos adornaba el paso, donde el Señor vestía una túnica lisa de terciopelo del mismo color.























La mayoría de los más de dos mil nazarenos de la cofradía van en el cortejo del paso de palio, que se hizo esperar. Es el palio de la Virgen de la Paz, en el que el color blanco predomina alrededor de la dolorosa de Antonio Illanes, en cuyo rostro el imaginero quiso reproducir el de su esposa, Isabel Salcedo, al igual que en el de la Virgen de las Tristezas que veríamos el Lunes Santo. El de la Paz, sin embargo, fue retocado por Sebastián Santos en los tiempos en que el respeto a la creación artística se entendía de forma diferente a la actual.
Con la marcha "Madre Hiniesta" a cargo de la Banda de Música Santa Ana, de Dos Hermanas, alcanzó el parque la Virgen de la Paz, con su palio exornado con rosas, claveles y gladiolos, todo ello de color blanco. Más adelante, continuó hacia la Plaza de España con "Virgen de las Aguas". El agua... ese elemento que se temía el Domingo de Ramos de 2018 y que este año se buscaba en botellitas y vasos de los puestos de avituallamiento de Emasesa para aliviar el intenso calor.




























El calor fue también el incómodo protagonista de la espera a la Hermandad de Jesús Despojado en la zona de la Puerta de Triana, a la que la cofradía de la Plaza de Molviedro salió desde la calle Zaragoza. Afortunadamente, ésta es una hermandad con un número soportable de nazarenos para esperarla, incluso a pleno sol. Un sol que hizo brillar las nuevas potencias de Jesús Despojado, labradas en plata sobredorada y repujada por Gustavo Larios.
El Señor con cabeza de Antonio Perea y cuerpo de Antonio Eslava llevaba este año una túnica blanca que los sayones le arrancaban de la piel para sortearla momentos antes de la crucifixión. Muy llamativo, como es habitual cada año en esta hermandad, el exorno floral, que en el paso de misterio estaba compuesto por orquídeas, agapanthus, minicalas y skimias.
La Agrupación Musical Virgen de los Reyes, incombustible pese a las modas, acompañó al misterio con su innegable calidad interpretativa, tocando en el final de Zaragoza la marcha "Eres de todos", basada en un cántico de las Hermanas de la Cruz, para seguidamente enlazar en el giro a la calle San Pablo "Y al tercer día" con "Virgen de las Angustias".


















Poco después, el estandarte corporativo anunciaba el último tramo de nazarenos y al fondo asomaban ya los ciriales del paso de palio de María Santísima de los Dolores y Misericordia, acompañada por San Juan.
La Banda de Música del Liceo de Moguer sigue ganándose año a año su presencia en la Semana Santa de Sevilla tras este paso de palio que igualmente contaba con un llamativo adorno floral a base de claveles, rosas vendela, rosas spray jana y orquídeas dendrobium. Las cofradías son ya una auténtica enciclopedia del arte de la floristería.
Salió con celeridad de Zaragoza el paso de palio de la dolorosa de Eslava para girar y tomar la calle San Pablo en dirección a la Plaza de la Campana para comenzar a recorrer la carrera oficial.















El Domingo de Ramos estaba en marcha y el inicio de la carrera oficial recibía ya a esa hora a los nazarenos más jóvenes de la Hermandad del Amor; los nazarenos blancos con la cruz de Santiago en el pecho que anteceden al primero de los pasos de la cofradía con sede en la antigua Colegial del Salvador. Hay medios de comunicación que siguen empeñados en hablar de "Hermandad de la Borriquita", cofradía que no sé cuál será.
La hermandad es la del Amor y el primero de sus pasos, el de la Sagrada Entrada de Jesús en Jerusalén, asomó a la Plaza del Duque desde Javier Lasso de la Vega a los sones de la preciosa marcha "Bendición", una de las más reconocidas de la Banda de Cornetas y Tambores Nuestra Señora del Sol.
De los llamativos conjuntos florales que veíamos en los pasos de la Hermandad de Jesús Despojado, al clasicismo de los claveles rosas que adornaban el paso de la Borriquita, guiado por el capataz José María Rojas-Marcos.
Jesús entraba de manera triunfal en la Jerusalén sevillana en presencia de San Juan, Santiago y San Pedro, así como algunos hebreos que lo recibían con una alegría de la que más valdría no fiarse...

















Si tuviéramos que ordenar los pasos de misterio de la Semana Santa sevillana según la escena que cada uno representa, tras la Entrada en Jerusalén habría que poner la Sagrada Cena. Y así lo hacemos ahora, dado que por Imagen y la Plaza de la Encarnación se acercaba hasta la Campana la Hermandad de la Cena, que había salido poco antes de la recientemente recuperada Iglesia de los Terceros.
Impresionante el conjunto escultórico de este misterio, con el Señor realizado en 1955 por Sebastián Santos y el apostolado, obra póstuma de Luis Ortega Bru de los primeros años ochenta. Jesús instituye la Eucaristía mientras sus discípulos se muestran inquietos tras haber recibido el anuncio de la presencia de un traidor entre ellos.
Ortega Bru repitió el esquema compositivo y efectista que había creado para el apostolado, lamentablemente inconcluso, que había realizado años antes para la Cena de Jerez: todos los apóstoles tienen la mirada en el interior del paso, mirándose unos a otros, al propio Jesús o hacia abajo, menos Judas Iscariote, que esconde la bolsa con las treinta monedas y no muestra el interés de sus compañeros en descubrir la identidad del anunciado traidor. Su mirada, la del traidor, es la única que se dirige fuera de la escena.
Con la Banda de Cornetas y Tambores de Las Cigarreras detrás, el misterio de la Cena, adornado con una variedad de flores rojas salpicadas de espigas de trigo, dejó atrás las Setas y enfiló Laraña con el sol iluminándolo de manera frontal.
























Más atrás, la Capilla Musical y la Escolanía María Auxiliadora anunciaban la llegada del segundo paso de la hermandad, el del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia, el que siglos atrás recibía culto en el Hospital de San Lázaro para ofrecer el último consuelo a los enfermos de lepra.
Acabábamos de ver al Señor anunciando la traición que le conduciría a la muerte en la cruz, y ahora le vemos ya en el Calvario, esperando los preparativos para su inevitable crucifixión. Jesús medita pacientemente y con la humildad que no tenemos quienes quizá nos quejamos por pequeñeces en nuestro día a día.
Muy llamativo el exorno floral, compuesto principalmente por lirios morados y cardos sobre el canasto y en las jarras, y con otras especies de variados colores en el monte que pisa el Cristo de la Humildad y Paciencia. A su lado, en el costero izquierdo, veíamos extendida en el suelo la clámide estrenada en 2017 gracias a su donación por parte de una familia de la hermandad.


























Cerrando el trío de pasos de la Hermandad de la Cena venía bajo su palio de estilo decimonónico Nuestra Señora del Subterráneo, adornado como el paso de la Borriquita con claveles rosas. La Banda de Música del Maestro Tejera iniciaba su Semana Santa tras este paso de palio, para el que interpretó en su llegada a las Setas "Nuestra Señora de Guadalupe".
La Virgen del Subterráneo, obra atribuida a Juan de Astorga, lucía entre sus joyas la medalla de la ciudad de Ávila, de la que es Patrona la Virgen de la Soterraña, que comparte advocación con la dolorosa de la Cena. Además, una réplica a pequeño tamaño de dicha Virgen abulense va en la entrecalle de su palio.
El paso de palio se marchó por la calle Laraña a los sones de la marcha "Coronación", dedicada a la Virgen de los Dolores de la Hermandad del Cerro del Águila, de la que la Cena es madrina.



















El sector Feria-Alameda de Hércules-Trajano estrenaba con la Hermandad de la Hiniesta la Semana Santa de 2019. El azul de los nazarenos de San Julián tenía invadida esta zona de la ciudad por la que iban a pasar unas cuantas cofradías a lo largo de los días santos.
El azul estaba abajo, en los nazarenos, pero también en el cielo abierto del Domingo de Ramos bajo el que transitaba, en plena Alameda, el paso del Santísimo Cristo de la Buena Muerte con la Magdalena a sus pies. El crucificado de Castillo Lastrucci estaba parado ante las columnas que rematan Hércules y Julio César, para a continuación girar hacia la calle Trajano con "Alma de Dios", interpretada por la Agrupación Musical Santa María Magdalena, de Arahal, que inexplicablemente sigue tocando únicamente con la Hiniesta en toda la Semana Santa sevillana.
Un relevo de costaleros en el inicio de la calle antecedió al momento en que el Cristo de la Buena Muerte comenzó a avanzar en línea recta para ocupar su sitio en la carrera oficial. Claveles rojos en las jarras y en el monte, y lirios morados en el friso del canasto decoraban el paso de madera y apliques de plata.




























El paso de Cristo caminaba hacia la mitad de la calle Trajano cuando el paso de palio de la dolorosa de la Hiniesta estaba en la confluencia de la calle Feria con Correduría. De nuevo el alcalde, Juan Espadas, junto a otros miembros de la Corporación Municipal, participaba en una procesión, en este caso por la relación entre la Hiniesta Gloriosa y el propio Ayuntamiento de Sevilla.
Los Ariza, capataces de toda la cofradía, hicieron caminar con cierta celeridad al palio, que estrenaba la saya de la Virgen, bordada en oro y plata por Manuel Solano, según diseño de Gonzalo Navarro. Contrastaba en gran medida el oro nuevo de la saya con los característicos bordados en plata que lleva este palio en todos sus elementos textiles: caídas, techo, manto y faldones.
"Rosario de Monte-Sión" sonó por Correduría, interpretada por la Banda Municipal de Música de Mairena del Alcor, que se estrenaba este Domingo de Ramos tras el paso de palio, sustituyendo a la Banda del Carmen de Salteras, que este año iba con la Amargura.
Los músicos tocaron más adelante "La Estrella Sublime", "Rocío" en su llegada a la Alameda y "Coronación de la Macarena" al girar hacia Trajano, siguiendo la Hiniesta los pasos de su Hijo entre rosas, gladiolos y azucenas.























Cerca de allí, estaba a punto de salir la Hermandad de la Amargura de la Iglesia de San Juan de la Palma, que iba a caminar por otro tramo de la calle Feria, distinto al que acababa de recorrer la Hiniesta. En concreto, la cofradía de los nazarenos blancos con la cruz de Malta en el pecho pasa por la parte más estrecha, lo que es especialmente llamativo cuando es el enorme paso de misterio el que la atraviesa.
Nuestro Padre Jesús del Silencio surgió de la estrechez hacia la amplitud de la antigua Plaza de los Carros, donde la Hermandad de Monte-Sión mantenía abiertas las puertas de su capilla para recibir a la vecina cofradía de la Amargura. El Señor guarda silencio y no reacciona ante las provocaciones de un auténtico necio, como era Herodes. Decepcionado, éste decide que está ante un simple loco al que reviste de blanco para evidenciar su desprecio.
Ésta es la escena que magistralmente representa la Hermandad de la Amargura cada Domingo de Ramos, con la imagen del Señor de Pedro Roldán, vestido con una túnica bordada en oro sobre tisú blanco, y las tallas secundarias de Cayetano González.
Estamos ante otro paso clásico en el exorno floral, con sus eternos claveles rojos (sólo algún año se ha permitido cambiarlos por lirios morados), pero también en el acompañamiento musical, a cargo de la Banda de Cornetas y Tambores de las Tres Caídas, aunque con un limitado repertorio que destierra por completo las composiciones más modernas, acertadas o no, que también las tiene, de la formación trianera. Ante la Capilla del Rosario de Monte-Sión sonó "Silencio blanco", y más adelante, en el giro a Conde de Torrejón, "Desprecio de Herodes".















Y si de repertorios limitados hablamos, sin duda el del paso de palio de la Amargura es uno de los más evidentes. Como decíamos antes, se ha estrenado tras esta dolorosa la Sociedad Filarmónica Nuestra Señora del Carmen, de Salteras, una banda que algunos dudaban desde que se anunció el cambio que 'pegara' tras la Amargura, al vincular siempre esta formación musical a hermandades más populosas o de barrio. Pero la Banda del Carmen tiene calidad suficiente para el repertorio que sea y lo demostró este Domingo de Ramos.
Se ha cumplido este año el centenario de la marcha "Amarguras", de Font de Anta, motivo por el cual en el patio de la sede de la Fundación Cajasol tuvo lugar en marzo una exposición conmemorativa (ver). Por esta razón, en otras hermandades quizá esta famosa composición, considerada el himno de la Semana Santa, se haya interpretado más que otros años. En la Amargura eso es algo habitual. De hecho, saliendo con ella a la calle, sin el Himno de España, de nuevo volvió a sonar cuando el paso de palio discurrió ante la Capilla de Monte-Sión.
Después, alcanzó Conde de Torrejón con "Jesús de las Penas". Con ella dejó atrás Feria este paso de palio, adornado con claveles blancos, presidido por una Virgen de la Amargura que reclama a gritos una restauración y fundamentalmente una limpieza de la policromía.


















Lo dicho de la Virgen de la Amargura cabe decirlo del Santísimo Cristo del Amor, una obra maestra de Juan de Mesa cuyo estado de conservación dista mucho del de otros crucificados del imaginero cordobés. Las comparaciones, siempre odiosas, no hacen sin embargo reaccionar a la Hermandad del Amor, que tampoco parece tener prisa por restaurar el manto de Nuestra Señora del Socorro. ¿Qué se le va a hacer?
La segunda parte de la Hermandad del Amor, con la Borriquita ya en el Salvador desde hacía casi dos horas, tuvo un año más que salir más tarde de lo previsto debido al retraso que acumulaba el inicio de la carrera oficial prácticamente desde el principio de la tarde. El Domingo de Ramos necesita un retoque global; pero no simplemente para cambiar el orden de las cofradías, que también.
Claveles rojos de una tonalidad muy oscura adornaban el monte del paso del Cristo del Amor, primer y único paso que camina en completo silencio, sin ni siquiera una capilla musical. Avanzaba lentamente por la calle Cuna y por Orfila, donde se detuvo ante la Capilla de San Andrés, en la que la Hermandad de los Panaderos recibe cada año a todas las hermandades que pasan delante de ella, que no son pocas. Después, siguió buscando la Campana por Javier Lasso de la Vega.















Y al final de cortejo de nazarenos de ruán negro, del que formaron parte representaciones de la Hermandad del Rocío de Sevilla y de Pasión, llegaba el paso de palio de la Virgen del Socorro, dolorosa que en origen pudo ser obra también de Juan de Mesa, aunque en su apariencia actual poco quede del artista cordobés debido a los retoques sufridos por la imagen, los últimos realizados por Francisco Buiza.
Es el palio del Socorro una auténtica joya andante, de la que se encarga como capataz Rufino Madrigal, mientras que el acompañamiento musical corre a cargo de la Banda de Música María Santísima de la Victoria, de Las Cigarreras, que entre el tramo final de Cuna y la calle Orfila tocó "Mater mea".
Como había hecho el Cristo del Amor, la Virgen del Socorro también se detuvo ante la Hermandad de los Panaderos, a la que llegó con la marcha "Hosanna in excelsis". Tras una levantá dedicada a la cofradía del Miércoles Santo, a la que aún le faltaba colocar el olivo de su paso de misterio, siguió hacia Lasso de la Vega, donde posteriormente la Banda de Música de Las Cigarreras tocó "Margot". Con retraso, el palio, tercero de los pasos de su hermandad, se encaminaba a cerrar el primer día de carrera oficial.















Y si en la carrera oficial terminaba el Domingo de Ramos, las hermandades que ya habían pasado por ella iban regresando a sus templos. Era el caso de la Hermandad de la Estrella, que por Arfe y Adriano buscaba la vuelta a Triana.
La cofradía hablaba días antes de Semana Santa de unas 2.300 papeletas de sitio sacadas para la estación de penitencia de este año, lo que implica una cantidad de nazarenos exagerada, especialmente para quienes aguantaban estoicamente ante la Capilla del Baratillo, lugar deseado por muchos para ver las acostumbradas coreografías del paso del Señor de las Penas. Tantos que había una auténtico tapón de gente entre el tramo de Adriano más cercano a la capilla y la confluencia con Valdés Leal.
Hasta ahí avanzaba el misterio en el que Jesús espera su crucifixión mientras los sayones preparan la cruz. Este año el paso contaba con otra combinación floral, con un monte de rosas, jacintos, minicalas, claveles e iris, todo ello de color morado, así como verdes africanos.
Tras una parada en el inicio de Adriano con Antonia Díaz, el capataz del misterio, Manuel Vizcaya, quiso dedicar la levantá a todos los costaleros de las hermandades de Triana, dado que la siguiente marcha interpretada por la Banda de Cornetas y Tambores de la Presentación al Pueblo, de Dos Hermanas, iba a ser "A la Triana costalera". Con ella, el Señor de las Penas fue acercándose a la Capilla del Baratillo.















Un buen número de nazarenos detrás, iba bajo su palio de Rodríguez Ojeda la imagen de María Santísima de la Estrella, que hace veinte años fue coronada canónicamente en la Catedral que acababa de abandonar este Domingo de Ramos.
La verdad es que eran bastantes las voces que señalaban que preferían a la Estrella bajo este palio que bajo el de Garduño. Para gustos, los colores. Aunque parece evidente, a juzgar por las veces que la hermandad utiliza uno y otro, que ésta prefiere el que este año íbamos a ver por Santa Marina con la Virgen de la Aurora.
El palio, guiado por José González Luna, contaba con un exorno floral compuesto de calas, rosas de pitiminí, jacintos y pequeñas orquídeas, todo ello de color blanco. La Banda de Música de la Oliva de Salteras volvió nuevamente a acompañar a la Estrella, interpretando "Jesús de las Penas, una oración" en Almirantazgo y después "Coronación de la Macarena" en su llegada al Arco del Postigo.






















Para completar el flamante Domingo de Ramos había que acudir a la Ronda Histórica, donde con el retraso acumulado de la jornada regresaba la Hermandad de San Roque. El Señor de las Penas, vestido de nuevo con túnica lisa de terciopelo y con el Cirineo ayudándole a portar la cruz, salió a la Ronda desde la calle Guadalupe y fue acercándose a la parroquia a los sones de la Banda de Cornetas y Tambores Esencia.
Es ésta una entrada bastante cómoda por la amplitud de la zona y por la cantidad razonable de gente que arropa hasta el final a la cofradía, de cuyos pasos se encargan como capataces los miembros de la familia Villanueva, responsables también en este día del misterio de la Amargura.
Claveles rojos adornaban el personalísimo paso del Nazareno que talló Antonio Illanes, que alcanzó la Parroquia de San Roque y entró finalmente en el templo en torno a la una y diez de la madrugada.






















Más atrás, cuando los nazarenos cambiaron el antifaz de terciopelo morado por el verde, venía el precioso paso de palio de Nuestra Señora de Gracia y Esperanza, que presentaba los principales estrenos de la hermandad. Así, el techo ha recuperado su tonalidad verde original y ha sido restaurado por el Taller de Santa Bárbara, que también ha modificado la orla de la gloria en la que aparece la Giralda entre jarras de azucenas, símbolo del Cabildo Catedral de Sevilla.
Pero, además, el bordador José Antonio Grande de León ha restaurado la saya de tisú blanco bordado en oro por las Hermanas Martín Cruz en 1960, que era la que lucía la dolorosa bajo un palio perfectamente iluminado por su candelería encendida al completo en su regreso a casa.
Por la calle Guadalupe, la Banda de Música de la Cruz Roja interpretó una de las marchas más escuchadas en la pasada Semana Santa, como ha sido "Siempre la Esperanza", a la que seguiría "Encarnación de la Calzada" ya en la Ronda, quizá por cumplirse este año el XXV aniversario de la Coronación Canónica de la dolorosa de San Benito.
Poco después, ya ante la fachada de la parroquia, el paso de palio dio una vuelta prácticamente completa ante la puerta mientras la banda enlazaba otra marcha muy interpretada, "Mi Amargura", con "No te olvides de mí", dedicada a la propia dolorosa de Gracia y Esperanza. Finalmente, con el palio caminando hacia atrás para entrar, sonó como la noche anterior en Alcosa el "Ave María" de Caccini, antes de que con el Himno de España finalizara la estación de penitencia de la Hermandad de San Roque a las dos de la madrugada y cuatro minutos.






























Caluroso y con retrasos, pero radiante Domingo de Ramos el que acabábamos de vivir; una jornada que se marchaba con la incertidumbre de una supuesta remodelación que quién sabe si llegará, según lo apuntado, en 2020.

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