miércoles, 10 de abril de 2019
EL CRISTO DE BURGOS PRESIDIÓ EL VÍA CRUCIS POR LA MANZANA DE SU TEMPLO
El Santísimo Cristo de Burgos presidió el pasado sábado el vía crucis cuaresmal de su hermandad por un recorrido que cada año supone literalmente una vuelta a la manzana en la que está situada la Parroquia de San Pedro.
La salida tuvo lugar pasadas las nueve de la noche con un cortejo mínimo, como es lógico en el ejercicio de un vía crucis, en el que lo que han de hacer sus hermanos y devotos es rodear a la imagen para atender a la lectura y el rezo de cada una de las estaciones.
Así, en el cortejo iba exclusivamente el cuerpo de acólitos con la característica cruz alzada y con seis ciriales. A continuación, iba el trío de música de capilla y detrás ya el Cristo de Burgos llevado por sus hermanos sin andas y guiados por el capataz de la cofradía, Antonio Santiago.
La primera de las estaciones del vía crucis se había rezado en el interior de San Pedro, mientras que la segunda y la tercera, ya en la calle, fueron rezadas en la misma puerta del templo y junto al monumento a Santa Ángela de la Cruz, respectivamente.
Seguidamente, el Cristo tomó precisamente la calle dedicada a la fundadora de las Hermanas de la Cruz, en cuya parte más estrecha se rezó la cuarta estación, dejando la quinta para la misma puerta del Convento de dichas religiosas, que tras el rezo abrieron las puertas para que el Cristo de Burgos se volviera ante ellas antes de continuar su recorrido.
Desde ahí, el Cristo de Burgos, que hace veinte años presidió el Vía Crucis de las Cofradías en la Catedral, siguió por Santa Ángela de la Cruz hasta el Convento del Espíritu Santo, girando luego a la calle Gerona, donde se detuvo ante la residencia de ancianos de la Fundación San Juan Grande, y después tomó Doña María Coronel, visitando el Convento de Santa Inés antes de regresar a la Parroquia de San Pedro.
Las estaciones se habían rezado en la esquina de Santa Ángela con Jerónimo Hernández (6ª), en el Espíritu Santo (7ª), en la residencia San Juan Grande (8ª), en la esquina de Gerona con Doña María Coronel (9ª), en la esquina con la calle San Felipe (10ª), en el Convento de Santa Inés (11ª), en la confluencia de Doña María Coronel con la Plaza de San Pedro (12ª), en la puerta de la parroquia (13ª) y en el altar mayor (14ª).
Al día siguiente, el Santísimo Cristo de Burgos estuvo expuesto en besapié, finalizando así los cultos en su honor antes de la estación de penitencia del próximo Miércoles Santo.
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