El Grupo de Devotos del Santísimo Cristo del Perdón volvió a celebrar el besapié a su imagen titular en el Convento de Santa Isabel, como ocurriera hace dos años (ver). Si entonces la celebración del besamanos en el cenobio de la hermanas filipenses estuvo motivado por la relación tan estrecha que se entabló cuando las religiosas cedieron su templo para la celebración de la procesión en octubre del año anterior (ver), en esta ocasión se ha debido al cierre del Convento del Socorro, lugar de fundación del grupo devocional, el pasado mes de octubre, cuando las concepcionistas se trasladaron a su convento de Mairena del Aljarafe.
Actualmente, aunque el Cristo tallado por Salvador Palao continúa en la que desde el año 2000 ha sido su casa, el grupo está buscando un nuevo hogar donde echar raíces, y que podría ser el propio Convento de Santa Isabel, la Parroquia de San Marcos, a la que pertenece, o incluso se ha hablado de la Parroquia de San Román, ahora que se ha quedado sin cofradías por la reapertura de Santa Catalina.
Para el besapié del pasado domingo, el Cristo del Perdón se colocó tumbado en el presbiterio de la iglesia del Convento de Santa Isabel, con los brazos sujetos por una estructura cubierta por una tela de damasco rojo, mientras que los pies descansaban en un cojín situado entre dos ángeles que escoltaban una cesta de mimbre con estátice y flores de talco.
Rodeaban al Cristo los cuatro hachones de las esquinas de su paso procesional y las dos jarras de los costeros también con estátice, ambas colocadas sobre sendas columnas de madera dorada. Finalmente, a la izquierda se encontraba la bandera del grupo de devotos.
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