La Hermandad de la Paz celebró este domingo la salida procesional de su titular letífica, Nuestra Señora del Prado, que preside durante todo el año el retablo mayor de la Parroquia de San Sebastián.
En una tarde de un intenso calor, el cortejo de la cofradía comenzó a salir a las seis y media de la tarde para recorrer un breve itinerario por las calles del barrio del Porvenir. La cruz alzada entre ciriales abría el cortejo, del que formaron parte fundamentalmente niños y jóvenes de la hermandad, separados por el guión de la Virgen del Prado, que cada Domingo de Ramos también puede verse entre los nazarenos que preceden al paso de palio de la Virgen de la Paz. Además, antes del cuerpo de acólitos, iban el estandarte corporativo y la presidencia.
Con el capataz Ernesto Sanguino al frente, pronto comenzó a moverse en el interior de San Sebastián el paso de la Virgen del Prado. Se encontraba en la nave de la Epístola y recorrió la nave central hasta encarar la puerta. Antes de salir, el paso se detuvo varios minutos, tras los que atravesó el arco de medio punto de la parroquia, saliendo al atrio.
La Banda de Música Santa Ana, de Dos Hermanas, fue la encargada de acompañar a la Virgen del Prado, iniciando con el Himno de España su labor. La banda estaba fuera del atrio, en la calle San Salvador, y tras el himno comenzó a tocar, como cada Domingo de Ramos, la marcha “Virgen de la Paz”, con la que el paso enfiló la calle Río de la Plata.
Flores blancas de diversas especies, principalmente una variedad de margaritas, lisiantum, lilium y paniculata, adornaban el paso de la Virgen del Prado, que desde Río de la Plata giró a la calle Brasil con la marcha “Aniversario Macareno”.
El sol iluminaba con fuerza el paso de esta antigua imagen del siglo XVI atribuida a Jerónimo Hernández. La luz solar se hacía más intensa por el dorado del paso, adquirido por la Hermandad de la Paz en 2013 a la Hermandad del Prendimiento de Barajas (Madrid), y por el blanco tanto de las flores como de los faldones.
La Virgen del Prado siguió por Brasil a los sones de “Esperanza Macarena”, a la que después de una parada seguiría “Coronación” en el giro a la calle Progreso. Allí la sombra de los frondosos árboles y de las viviendas alivió un poco a los cofrades que seguían a la hermandad en su salida gloriosa.
Más adelante, el sol iluminaría de nuevo el paso, ahora desde la trasera, cuando giró desde Progreso hasta la calle Porvenir, a la que llegó mientras la Banda de Santa Ana tocaba “Tras tu blanco manto”.
Un hermano pedía al equipo de capataces que ralentizaran el ritmo porque iban con cierto adelanto en un recorrido ya de por sí bastante corto, dado que estaba previsto completarlo en sólo dos horas y media.
Hecha la advertencia, el paso fue algo más despacio por la calle Porvenir, por la que sonó tras Nuestra Señora del Prado la marcha “Virgen de los Negritos”, quizá como guiño a la reciente Coronación Canónica de la Virgen de los Ángeles.
Un grupo de mujeres extranjeras que estaban en una casa de esta calle salieron a ver la cofradía con caras de sorpresa y decididas a registrar con sus móviles cada detalle de lo que estaban contemplando. La banda sonora a este momento al que asistían la puso la Banda de Santa Ana, que interpretó “Macarena”, de Abel Moreno.
Poco después, tras detenerse nuevamente con el sol iluminando la espalda de la Virgen del Prado, el paso se dispuso a girar hacia la izquierda para tomar la calle Diego de la Barrera a los sones de la marcha "La Paz por el Parque", ese parque, el de María Luisa, que la propia Virgen del Prado pisó hace dos años (ver).
En su recorrido por el Porvenir, la Virgen del Prado tomó a continuación la calle Nuestra Señora de la Paz, en la que en septiembre de 2016 se colocó un azulejo con la dolorosa de la hermandad con motivo de su Coronación (ver).
Con la marcha “Siempre la Esperanza”, el paso se adentró por esta calle, desde la que después saldría de nuevo a Río de la Plata para regresar a la Parroquia de San Sebastián, en la que entró en torno a las nueve, cuando aún no había anochecido sobre Sevilla.
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