domingo, 6 de octubre de 2019
BESAMANOS DE NUEVO EN CASA A LA VIRGEN DEL ROSARIO DE SANTA CATALINA
Desde el pasado viernes, con el inicio del triduo en su honor, y hasta mañana, lunes, día de su festividad y de la función solemne, María Santísima del Rosario, de la Hermandad del Carmen de Santa Catalina, permanece expuesta en besamanos, siendo el primero que se celebra a esta imagen desde la reapertura de su templo tras quince años de cierre, con San Román ya en el recuerdo.
La Virgen del Rosario se encuentra en el presbiterio alto de la iglesia, a los pies del retablo mayor que preside una talla de Santa Catalina. Viste su manto rojo de salida bordado en oro, saya blanca de tisú, fajín hebraico y toca de sobremanto. Asimismo, luce sus habituales enseres de orfebrería dorada (corona, ráfaga y cetro), además de una media luna plateada con las estrellas de las puntas y el emblema central del Carmen dorados.
Está elevada sobre la parte superior de la peana procesional de la Virgen del Carmen y presenta diversas joyas, rosarios y broches, tanto en el pecherín como prendidos del fajín. Hay que destacar especialmente los pendientes de gran tamaño, las dos medallas de la Real Liga Naval, otra conmemorativa de la Guerra de la Independencia y un alfiler con su advocación en letras doradas. Por otra parte, entre la Virgen y el Niño Jesús, que viste traje blanco y luce corona plateada, sujetan varios rosarios.
Flanquean a la Virgen del Rosario cuatro altos blandones dorados con cera blanca. Entre cada pareja de blandones vemos una jarra dorada con diversas flores blancas (gladiolos, lilium y margaritas). Además, en los extremos del presbiterio hay otras dos jarras con las mismas flores, estando la del lado derecho tras la cruz alzada entre ciriales.
Por último, en el banco del retablo mayor hay diferentes candeleros dorados también con velas blancas, así como dos centros florales con las mismas especies descritas anteriormente.
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