viernes, 15 de noviembre de 2019
LA VIRGEN DEL AMPARO VISITÓ AL CRISTO DE LA CONVERSIÓN EN SU IV CENTENARIO
La Hermandad de Nuestra Señora del Amparo vivió este domingo su salida procesional por la feligresía de la Magdalena, en la que aprovechó para unirse a la celebración del cuarto centenario del Santísimo Cristo de la Conversión haciendo que el paso entrara por completo en la Capilla de Montserrat para mirar a la cara al crucificado de Juan de Mesa.
Pero, para empezar por el principio, la tarde estaba marcada en el cielo por unas nubes grises de aspecto amenazante. Sin embargo, según lo previsto, a las seis menos cuarto de la tarde la cruz de guía entre faroles salió de la parroquia por la puerta de la calle Cristo del Calvario, como es costumbre en esta corporación.
El cortejo estaba saliendo cuando apareció un hombre que retiró el coche que tenía aparcado junto al templo, subido por la parte de atrás al acerado situado ante la puerta, lo que iba a complicar la salida del paso. Sin embargo, al quitarlo se acabó el problema. Uno de los agentes de la Policía Local que habían acudido a la salida de la cofradía le había multado; aunque, según comentaron algunos de los presentes, al retirarlo y no suponer un obstáculo para la hermandad finalmente fue anulada la sanción.
Sin contratiempo ninguno, ni causado por las nubes ni por el tráfico, la cofradía siguió saliendo. Tras la cruz de guía iban varias parejas de niños con cirios y después el impresionante simpecado en medio de los cuatro artísticos faroles de cristal en forma de estrella. Luego iban las representaciones de las hermandades del Carmen del Santo Ángel, el Calvario, la Quinta Angustia y la Sacramental de la Magdalena. El libro de reglas daba paso a varios hermanos con hachetas y, finalmente, iban el estandarte corporativo, la presidencia y el cuerpo de acólitos.
Desde el lado izquierdo del presbiterio y por la nave central de la Magdalena, llegó hasta la puerta el paso de Nuestra Señora del Amparo, mandado por el capataz Ismael Vargas. Calas y pequeñas rosas, todo ello de color blanco, adornaban el paso de la Virgen, de perfil inconfundible gracias a sus candelabros dorados con faroles centrales, el fino canasto y el personal dibujo de los respiraderos. Y por encima de todo, la magnífica talla de Roque de Balduque, imaginero muy prolífico del que destacan cada mes de noviembre su Reina de Todos los Santos y Nuestra Señora del Amparo, vírgenes que a veces coinciden en las calles el mismo día, como sin ir más lejos ocurrió el año pasado.
La Banda de Música María Santísima de la Victoria de Las Cigarreras se encargó un año más de acompañar a la Virgen del Amparo. En cuanto salió por la puerta interpretó el Himno Nacional, seguido por la marcha "Amparo" mientras el paso giraba a su izquierda y caminaba hasta la Capilla de Montserrat, donde se detuvo.
A continuación, el paso se levantó y comenzó a sonar la bellísima composición "Bajo tu Amparo". La Hermandad de Montserrat, con su estandarte corporativo, estaba en la capilla recibiendo a la Virgen del Amparo, que comenzó a girar hacia la puerta hasta entrar por completo en el templo de su cofradía vecina.
Dentro, el Cristo de la Conversión se encontraba en la misma posición que en su reciente besapié extraordinario (ver), mientras que la Virgen de Montserrat había sido ubicada detrás, ante el dosel situado en el presbiterio. El paso de la Virgen del Amparo llegó hasta el crucificado, se paró ante él y los cofrades de ambas hermandades rezaron el Padre Nuestro y la Salve Regina, en un gesto de confraternidad motivado por los cuatrocientos años que ha cumplido el Cristo que cada Viernes Santo perdona a San Dimas y le promete un hueco, el primero, en su Reino.
Minutos después, la Virgen del Amparo se dispuso a salir nuevamente a la calle. Antes, la representación de la Hermandad de Montserrat con su estandarte se unió al cortejo junto al resto de hermandades que iban en él. Para la salida del paso, la Banda de Las Cigarreras interpretó "Virgen de Montserrat", con la que se encaminó a la calle San Pablo en dirección a la Puerta de Triana.
La marcha de Pedro Morales se interrumpió injustificadamente cuando el paso se detuvo, siendo sustituida después, con el paso de nuevo caminando, por "Virgen de los Reyes". Mucha gente estaba contemplando a la Virgen del Amparo en la que es una de las salidas de gloria de sabor más clásico de todo el calendario anual.
A continuación, tras pasar por las palmeras que recuerdan la ubicación de la antigua puerta de la muralla, que vuelven a ser cuatro y no tres después de que, por fin, el Ayuntamiento haya repuesto la que faltaba, el paso tomó la calle Gravina a los sones de "La Asunción de Cantillana".
Seguidamente, tras un relevo de costaleros, la Virgen del Amparo continuó su camino por Gravina, donde se pudo ver al presidente de la Unión de Hermandades de Jerez, Dionisio Díaz. Su homólogo sevillano, Francisco Vélez, formaba parte del cortejo de la cofradía.
Al contrario de lo ocurrido otros años, en esta ocasión la hermandad no siguió en línea recta hacia el segundo tramo de Gravina, sino que giró a la derecha en Canalejas. Para este momento, la Banda de Las Cigarreras enlazó las marchas "Soledad Franciscana" y "La Estrella Sublime". Poco después, el paso se internó por Rafael González Abreu con "Al Amparo de María", seguida después por "Aquella Virgen". En plena noche electoral, los trabajadores de la Cadena SER, emisora que tiene su sede en esta calle, se tomaron un descanso antes del inicio del recuento de votos viendo pasar a la Señora de la Magdalena por su puerta.
De Rafael González Abreu, la Virgen del Amparo pasó a San Pedro Mártir, donde la banda interpretó "Nuestro Padre Jesús", marcha con la que accedió de nuevo a la calle Gravina, con parada obligada cada año en el número 56, inmueble siempre muy bien adornado para el paso de la cofradía. La Virgen se detuvo a su altura y desde la misma puerta se le cantó el Ave María.
Seguidamente, el paso se marchó a los sones de "Procesión de Semana Santa en Sevilla", para luego, tras una parada, girar hacia Pedro del Toro con "Nuestra Señora del Patrocinio".
La estrechez de las calles del entorno de la Plaza del Museo hizo más patente la cantidad de gente que estaba arropando a la Virgen del Amparo en su salida, que para muchos supone el fin del ciclo de las Glorias, aunque aún queden tres más hasta final de año (la Milagrosa, la Pura y Limpia, y la Virgen del Rocío del Salvador).
"Cristo en la Alcazaba" fue la siguiente composición que tocó la Banda de las Cigarreras, que sirvió para que el paso completara su discurrir por Pedro del Toro y saliera a la calle Bailén. A continuación, se vivió un momento muy bonito cuando desde ahí y hasta la misma Plaza del Museo, pasando por Miguel de Carvajal, la Virgen del Amparo realizó una larga chicotá con la marcha "Soleá, dame la mano". Parecía noche de Lunes Santo con la Virgen de las Aguas, pero era el segundo domingo de noviembre.
La siguiente calle en el recorrido era Rafael Calvo, por la que la Virgen del Amparo se internó con la marcha "Hiniesta". Por esta calle se advirtió un excesivo movimiento del candelero ubicado más próximo al costero izquierdo del paso. Por ello, en la siguiente parada, un hermano se subió y apretó la parte superior, que se había desenroscado, sin que hubiera más complicaciones durante el resto del itinerario.
Después, el paso giró a San Roque a los sones de "Sevilla cofradiera", y por la zona más estrecha de esta calle caminó instantes más tarde con "Virgen del Valle", seguida por "Margot" dentro de este escogido repertorio.
La Virgen del Amparo se aproximaba poco a poco de nuevo a la Parroquia de la Magdalena, y lo hacía con algo de adelanto sobre lo previsto, probablemente en previsión de alguna posible gota indeseada que pudiera caer del cielo.
Con "María Santísima del Dulce Nombre" salió la Virgen del Amparo de la calle San Roque a San Eloy, tomando después un nuevo tramo de Bailén con "El Cachorro. Saeta sevillana". Dentro del repertorio musical, la Banda de Las Cigarreras se salió brevemente de la solemnidad dominante con "Coronación de la Macarena", que fue interpretada en dos ocasiones, hasta que el paso llegó a la calle San Pablo.
Una vez aquí, la cofradía discurrió por el acerado, ante la fachada de la parroquia, por donde le llegó el turno a la marcha "Amarguras", composición de Font de Anta que en este 2019 ha cumplido un siglo.
La puerta que da a la calle San Pablo estaba abierta, pero la Virgen del Amparo iba buscando la misma por la que había salido. Por ello, sorteando las ramas de uno de los plátanos de sombra de la zona, alcanzó la calle Cristo del Calvario con la marcha "María Santísima del Subterráneo".
Con el paso parado otra vez ante la puerta de la Capilla de Montserrat, que ahora estaba cerrada, un hermano se subió al paso para retirar una joya que la Virgen llevaba prendida de la corona y que se había descolgado.
A continuación, a pocos metros de la entrada en la parroquia, la última chicotá en la calle la hizo la Virgen mientras la banda tocaba una vez más "Bajo tu Amparo", seguida sin solución de continuidad por "Virgen del Amparo" cuando el paso estaba ya girando ante la puerta, por la que entró mirando hacia el interior del templo con el Himno cuando eran las nueve y veinte de la noche; diez minutos antes de la hora anunciada para la entrada.
Como había hecho en la salida, el paso recorrió la nave central hacia el presbiterio mientras se cantaba el conocido "Sub tuum praesidium" y posteriormente la "Salve Regina". Fue entonces, con el paso parado mirando hacia el altar mayor y con todo el cortejo desplegado ante él, cuando tomó la palabra el párroco de la Magdalena, Francisco Román Castro, para agradecer a todos los participantes que hubieran hecho posible un año más la salida de Nuestra Señora del Amparo por la feligresía. Y todo ello, con las puertas del templo abiertas de par en par, costumbre muy de las cofradías letíficas y que, desgraciadamente, se ha perdido ya en demasiadas corporaciones.
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