UNA MIRADA AL PASADO EN EL BESAMANOS A LA VIRGEN DE GUADALUPE DE LAS AGUAS

La Hermandad de las Aguas celebró este fin de semana el besamanos anual a la imagen de María Santísima de Guadalupe, días después de su festividad. Para este culto, la cofradía echó la vista atrás en la vestimenta de la dolorosa, presentándola a los devotos tal y como solía ser vestida durante los años en que la cofradía residía en la Parroquia de San Bartolomé.
Así, la Virgen de Guadalupe, que estaba ante el presbiterio de la Capilla del Rosario, se encontraba vestida con el manto procesional de la Virgen del Mayor Dolor, de terciopelo negro bordado en oro, y con una saya de terciopelo burdeos que ha sido restaurada por José Antonio Moreno Bernal. También lucía una toca de sobremanto de encaje dorada y una corona que también acaba de ser restaurada, en este caso por Orfebrería Ramos.
Sobre una fina peana plateada, la Virgen que tallara el recientemente fallecido Luis Álvarez Duarte extendía su mano derecha, de la que colgaba una medalla, y sujetaba con la izquierda un pañuelo y un rosario, además del sombrero mexicano de plata asociado a su advocación. En el pecherín, llevaba una cruz de color verde y un artístico broche con su nombre.
Flanqueaban a la dolorosa dos de los antiguos candelabros del paso de palio de la Virgen de la Merced, de la Hermandad de Pasión, mientras que los otros dos estaban más atrás. Al fondo, ante un cortinaje de damasco rojo en los laterales del retablo principal de la capilla, se podían contemplar varios elementos del paso de palio de la Virgen de Guadalupe. Veíamos el techo y en la parte superior la caída frontal, entre las dos laterales colocadas de forma inclinada, sujetas por diez de los varales del palio dispuestos escalonadamente.
Delante del techo del palio se situó el lábaro guadalupano que forma parte del cortejo de la cofradía cada Lunes Santo y un gran número de candeleros con cera blanca, dos candelabros y pequeños centros florales que también se situaron en otros puntos del montaje, y que se componían de rosas, tulipanes, orquídeas, rosas de pitiminí y paniculata, todo ello de tonalidad rosa, además de llamativas hojas de pan de oro.