martes, 21 de enero de 2020
EL NIÑO JESÚS DE PRAGA, EN BESAMANOS DELANTE DE UN ARTÍSTICO ESPEJO
El pasado fin de semana la Hermandad del Carmen del Santo Ángel celebró el besamanos anual al Niño Jesús de Praga, que estaba, como es habitual, en la capilla de la Virgen del Carmen, situada a los pies de la nave de la Epístola del templo conventual de la calle Rioja.
El montaje de este besamanos fue muy similar al de años anteriores, aunque con un elemento nada habitual detrás de la propia talla. Era el caso del espejo de grandes dimensiones con artístico marco de madera tallada y dorada que permitía contemplar la decoración pictórica de la capa blanca que vestía el Niño, diseñada y pintada, como también la túnica de seda roja, por su autor, el imaginero Fernando Aguado.
Por otra parte, el Niño Jesús tenía puños y cuello de encaje, y del cíngulo que ceñía su cintura colgaban un rosario y unos pequeños escapularios carmelitas. Además, en la mano izquierda tenía una bola del mundo, así como un colgante con una cruz, mientras que otro con un corazón estaba en la derecha, que es la que podían besar los devotos. Finalmente, en el pecho llevaba una cruz.
El Niño Jesús de Praga se encontraba en el centro de un espacio delimitado por una alfombra y sobre dos peanas; la antigua procesional en el suelo, y encima de ésta la actual, de madera dorada. Junto a la talla se dispusieron seis candeleros dorados, tres a cada lado, cada uno con un cirio blanco de gas.
Por último, hay que señalar que en el banco del retablo donde reciben culto la Virgen del Carmen, el Beato Franco de Sena y Santa María Magdalena de Pazzi había dos centros florales con rosas blancas, claveles rojos, lirios morados y estátice.
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