jueves, 20 de febrero de 2020
LA VIRGEN DE GUÍA VUELVE A SAN MARTÍN TRAS SU RESTAURACIÓN POR MIÑARRO
La imagen de Nuestra Señora de Guía, de la Hermandad de la Lanzada, volvió ayer a ser expuesta al culto en la Iglesia de San Martín después de la restauración a la que ha sido sometida durante los últimos tres meses y medio por parte de Juan Manuel Miñarro, que el año pasado hizo lo propio con Nuestra Señora de la Esperanza Divina Enfermera (ver).
La dolorosa que acompaña al Cristo de la Lanzada en su paso de misterio ha regresado con una policromía más clara gracias a la limpieza practicada y a la eliminación de pátinas y veladuras aplicadas en 1982, cuando la talla fue reformada por José Rivero Carrera.
Según explica la hermandad en su web, no se puede precisar si la policromía hallada una vez retirados dichos repintes se corresponde con la original de Antonio Illanes, quien talló la imagen en 1971, o si se debe al propio Rivero Carrera.
Asimismo, Miñarro ha limpiado tanto la zona del rostro como el cuello y las manos, ha reintegrado las pérdidas de policromía provocadas por roces o alfilerazos, ha sustituido las lágrimas y las pestañas, ha modificado el sistema de articulaciones y ha reforzado el sistema de sujeción de la talla al paso. En cuanto a los ojos, el restaurador ha confirmado que los de cristal originales ya no existen, sino que cuenta con unos de pasta de madera que también han sido restaurados.
Durante toda la tarde de ayer, la Virgen de Guía estuvo ubicada en el presbiterio alto de San Martín, desde el que presidió a partir de las ocho y media la tradicional misa de hermandad de los miércoles a cargo de Manuel Jesús Galindo, director espiritual de la corporación.
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