Lo cierto es que a nadie ha dejado indiferente un cartel que algunos consideran original, innovador, rompedor... y otros una obra más propia de la Feria o de un derby futbolístico, dado que llaman especialmente la atención las franjas verdes y blancas en el lado izquierdo y las rojas y blancas en el derecho, con la silueta de los escudos del Sevilla y del Betis sobre ellas, pero cambiados: el del Sevilla con los colores del Betis y el del Betis con los colores del Sevilla.
Y ello porque "el cartel profundiza, en palabras de su autor, en la dualidad de la ciudad desde los tiempos de César y Pompeyo, dualidad geográfica y a todos los niveles". Leal representa a la Virgen de la Esperanza de luto "por el centenario de la muerte de Joselito el Gallo". Además, ha dibujado un rosario, en alusión a la advocación de la Virgen de gloria de la hermandad, pero que no acaba en una cruz, sino en una de las mariquillas de la Esperanza.
Entre los detalles que presenta la obra, además de un fajín de hebrea reinterpretado, aparece Silvio, que "es un referente del rockero por excelencia que cantó como nadie a la Semana Santa y sentía predilección por la Macarena", explicaba el artista, quien reconoció que la obra tiene influencias del cartel de Juan Lacomba para las fiestas primaverales de 1994, "un cartel muy arriesgado y con una gran carga simbólica; el mío es un homenaje a Lacomba, gran amigo y mentor". El autor señaló que el cartel "es un retrato psicológico de Miki Leal además de un reflejo de “mi casa, donde mi abuela, mi madre, mis hermanos, todos son macarenos”.
En cuanto a la técnica utilizada para la creación de este cartel, hay que indicar que se trata de una obra realizada sobre papel, que arranca con una base en acuarela rematado en acrílico.
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