El Monasterio de Santa Rosalía acoge esta semana los cultos anuales en honor a Nuestra Señora del Rosario de la Hermandad de los Humeros. Las reducidas dimensiones de la capilla de la corporación en la calle Torneo y la consiguiente dificultad de mantener la debida distancia interpersonal han llevado a la hermandad a trasladar la imagen de la Virgen al convento que habitualmente visita cada 12 de octubre en su rosario de la aurora.
La Virgen del Rosario, vestida con un manto celeste de brocado, ha sido situada en el retablo mayor de la iglesia conventual, bajo el camarín de la Inmaculada Concepción, donde se ha colocado una pintura del Calvario para que no haya dos imágenes diferentes de la Virgen presidiendo el templo. Ante ella, se ha dispuesto una gran cantidad de candeleros con cirios blancos de gas, así como algunas jarras con flores de diversas tonalidades.
Los cultos a la Virgen del Rosario de los Humeros comenzaron este miércoles, día de su festividad, con una solemne eucaristía. Posteriormente, desde el jueves y hasta mañana, sábado, se desarrolla el triduo, y el domingo será la solemne función principal a partir de las diez y media de la mañana, oficiada por el párroco de San Vicente y director espiritual de la hermandad, Carlos Coloma.
Finalmente, el lunes 12 a las siete y media de la mañana se realizará el rosario de la aurora, aunque este año sin salir a la calle, y por último habrá una misa a las once de la mañana, tras la que el convento permanecerá abierto hasta las dos de la tarde, coincidiendo en gran parte con el horario que habría tenido la salida procesional de regreso desde Santa Rosalía hasta la capilla.
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