LUIS LEÓN VÁZQUEZ

Foto: Momentos Cofrades (RVG)

Poco más de tres semanas después de la muerte de Carlos Morán (ver), ayer nos dejaba a los 81 años Luis León Vázquez, el ya mítico "Zorro plateado", como era conocido; uno de los capataces con más personalidad de la historia reciente del mundo del martillo.

El primer paso que mandó fue el misterio de la Carretería, aunque todos lo recuerdan especialmente como el capataz del Amor y, sobre todo, de la Macarena. El año de su retirada, como contó en "Misterios de Pasión" (pack de DVDs de "Momentos Cofrades"), tras dejar a la Esperanza a las puertas de su Basílica e irse a casa a llorar, decidió salir a buscar al barco carretero para cerrar el círculo tocando el mismo llamador en el que se había estrenado décadas atrás. En la Macarena dejó al que hasta entonces era su segundo, Antonio Santiago, para cuyo padre, Manolo Santiago, sólo tenía palabras de admiración, respeto y amistad por su apoyo y enseñanzas.

A Luis León se le recordará siempre por su labor en las cofradías en las que ejerció de capataz y por su forma de ser y de expresarse, tanto al frente de los pasos como en su día a día: espontáneo, ocurrente y con su fresco puntito de incorrección política, como al recordar aquella anécdota junto a su mujer delante del palio de la Virgen de la Cabeza de las Siete Palabras y en presencia de su hermano mayor.

Se ha ido uno de los grandes en la misma semana en que la Hermandad de la Macarena celebra sus 425 años de historia y cuando se acaba de presentar un libro que recoge los nombres destacados del macarenismo. El de Luis León está escrito ya con letras de oro en la cofradía de San Gil, como también en la historia misma de la Semana Santa sevillana.