Después del quinario celebrado días atrás, el Santísimo Cristo de las Siete Palabras se mostró durante la jornada de ayer, domingo, expuesto en solemne veneración en el altar mayor de la Parroquia de San Vicente, ante un cortinaje de damasco morado que ocultaba parcialmente el retablo.
Al no poderse llevar a cabo el tradicional besapié a la imagen, fue situada en posición vertical, sobre un monte de corcho decorado con flores de diversas especies. Lucía sus potencias de salida y a su alrededor se dispusieron distintos enseres. Los más cercanos al crucificado eran dos columnas doradas de capitel dórico y fuste acanalado en las que se apoyaban sendas jarras del paso de palio de Nuestra Señora de la Cabeza con las mismas flores del monte.
Más hacia los extremos había dos blandones y diez candeleros, todo ello dorado con cera blanca, así como dos mesas de madera dorada sobre las que había más flores y dos pequeñas columnas con faroles de mano. Además, toda la zona que ocupaba el montaje de esta solemne veneración contaba con una alfombra roja.
Por otro lado, en la mañana de ayer se aprovechó el acto de veneración al Cristo de las Siete Palabras para presentar el diseño de la papeleta de sitio simbólica que la hermandad va a a dar a los hermanos que decidan colaborar en este año sin estación de penitencia. La encargada de pintar la papeleta ha sido la artista Inma Peña, quien ha dibujado los rostros del crucificado y de la Virgen de los Remedios, una greca de motivos vegetales y el escudo de la hermandad.
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