La Hermandad de la Exaltación ha montado para esta Semana Santa un altar de veneración a sus titulares que ha supuesto llevar hasta el presbiterio alto de la Iglesia de Santa Catalina una reducida versión del misterio de la cofradía, elevando así la cruz del Señor en el lugar principal del templo.
Ante un cortinaje de damasco morado que cubre parcialmente el retablo mayor, y sobre los respiraderos frontal y trasero del paso de misterio que en estos momentos tendría que estar en las calles, se sitúan el Santísimo Cristo de la Exaltación, Nuestra Señora de las Lágrimas, San Juan Evangelista y dos de los sayones encargados de elevar la cruz en el Monte Calvario. Incluso se han colocado en los brazos de la cruz las dos cuerdas de las que tiran otros dos sayones en el impresionante misterio de la Exaltación.
El crucificado luce sus potencias de salida, mientras que la Virgen de las Lágrimas, con saya blanca y manto rojo, ambos bordados en oro, lleva la corona con la que sale a las calles bajo su palio. Completan el altar cuatro jarras, tres piezas de la crestería del canasto y dos de los candelabros de las esquinas del paso de misterio.
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