Los Baños de la Reina Mora, histórico edificio perteneciente en la actualidad a la Hermandad de la Vera-Cruz, se ha estrenado como espacio expositivo con la muestra "Glorias", organizada por el Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla, y dedicada a las corporaciones letíficas, de las que se expone un buen número de enseres, tratando con ello de dar su sitio a todas las hermandades de gloria de la ciudad.
Recibe al visitante un conjunto formado por la cruz del rosario de mujeres de la Hermandad de la Divina Pastora de Santa Marina, obra anónima de madera dorada y espejos (1736), y un cordero de Benito Hita y Castillo de madera policromada, realizado en 1732 para la Hermandad de la Divina Pastora de San Antonio.
Y también de la Hermandad de la Divina Pastora de Santa Marina es el simpecado que vemos en el lado izquierdo del vestíbulo, bordado en plata sobre terciopelo azul, con una pintura al óleo sobre lienzo y asta de plata repujada (1732).
Accedemos a la primera sala de los Baños, y vemos en primer lugar una talla de San José anónima del siglo XVII, realizada en madera tallada, estofada y policromada. Pertenece a la Hermandad de Madre de Dios del Rosario.
A su lado, en una vitrina hay varios enseres. El primero de ellos es un corazón alado de la Hermandad de la Virgen del Amparo, realizado en plata, plata dorada y topacios por Joaquín Ossorio en 2018.
De la Divina Pastora de Santa Marina es 'El Panal', un broche de oro y esmeraldas del siglo XVIII y autoría desconocida.
A la Virgen del Rosario de San Julián pertenece un juego de pendientes de oro y rubíes labrados por Antonio Adriano en la década de los pasados años 80.
Seguimos con un rostrillo de la Hermandad de Araceli, confeccionado en tisú de plata, encajes, plata y cristales por Francisco J. Guijo Lagares y José María Martínez de Bruyn en 2015.
De la Hermandad de Santa Lucía es la bandeja con los atributos iconográficos, obra de Joyería La Purísima en plata, oro y cristal (2008).
Y por último, la vitrina se completa con un rosario de cristal de roca y plata de la Virgen del Buen Aire, de la Hermandad de Pasión y Muerte, realizada por un autor desconocido en el siglo XIX.
Contemplamos ahora la corona de oro repujado y troquelado de la Hermandad de las Mercedes de la Puerta Real, obra del taller de Viuda de Villarreal en 1972.
Continuamos con el boceto de la imagen titular de la Hermandad del Corazón de Jesús, realizada en yeso blanco por Antonio Illanes Rodríguez en 1943.
A su lado hay unas coronas de la Virgen y del Niño del cuadro de la Hermandad del Carmen del Puente de Triana. Son de oro repujado y fueron labradas en 2003 por Orfebrería Villarreal.
Seguimos con dos medallas corporativas de la Hermandad de la Antigua. Son de autor anónimo y realizadas en 1946 en metal troquelado y plateado.
Vemos ahora una talla en madera del Niño Jesús del siglo XVII perteneciente a la Hermandad de las Benditas Ánimas y Señor San Onofre.
De la Virgen de la Hiniesta Gloriosa son las coronas que vemos en otra vitrina. La de la propia Virgen es de oro, perlas y piedras preciosas, obra de Joyería El Regulador (Barcelona) de 1961; y la del Niño es de plata sobredorada y fue labrada en 1974 por Manuel Seco Velasco.
Pasamos al otro lado de esta sala, donde encontramos una imagen de madera policromada de San Hermenegildo de la propia hermandad con sede en el templo de la Puerta de Córdoba. Es del siglo XVI y está atribuida a Juan Bautista Vázquez 'El Viejo'.
Contemplamos ahora otra corona, en este caso perteneciente a la Virgen de la Anunciación de Juan XXIII. Es de plata repujada y chapada en oro de ley, obra de Orfebrería Andaluza (2010).
Y una corona más, ahora la del Niño Jesús de la Hermandad de Valvanera, también de Orfebrería Andaluza (2014). Está realizada en plata sobredorada, piedras preciosas y marfil.
De la Hermandad de la Pura y Limpia son las tallas de madera tallada y policromada de San Francisco de Asís y Santo Domingo de Guzmán, del siglo XVIII y de autoría anónima.
Entre ambas tallas se encuentra la miniatura de Nuestra Señora de los Desamparados, Patrona de Valencia, labrada en metal plateado fundido por Hijos de Juan Fernández en 1982 para la Hermandad de los Desamparados de Alcosa.
Sobre la miniatura está la media luna de plata de ley sobredorada de la Virgen del Carmen de San Gil, realizada por Orfebrería Villarreal en 1979.
Al lado están las coronas del Niño y de la Virgen del Juncal, de plata repujada y pedrería, obra de Jesús Domínguez Vázquez de 1966.
Muy característico de la Virgen de la Esperanza Divina Enfermera, de la Hermandad de la Lanzada, es el resplandor con el Niño que va en la delantera del paso en su salida procesional, y en su vientre cada 18 de diciembre. Fue realizado en plata de ley, pedrería y barro cocido policromado por Antonio Méndez en 1766.
Vemos otra talla de San José, en este caso de la Hermandad del Carmen de Calatrava. Es de barro policromado y telas encoladas, realizada en el siglo XVIII por un autor desconocido.
Pasamos a la Hermandad del Carmen de Santa Ana, a la que pertenecen unos escapularios de plata repujada en su color y sobredorada del siglo XVIII.
De San José Obrero es la vara de azucenas de metal plateado que este mismo año ha sido estrenada, realizada por los Hermanos Delgado.
Volvemos a la Hermandad de la Virgen del Rosario de San Julián para ver una parte de su paso procesional, como es la crestería con templete e imagen de Santo Domingo de Guzmán. La crestería es de Antonio Díaz Fernández (1988) y el templete es de sus herederos (2004); ambas piezas son de madera dorada. En cuanto a la imagen de madera policromada del santo, es de Rubén Fernández Parra (2006).
Seguimos con una aureola de plata de ley sobredorada que pertenece al Inmaculado Corazón de María de la Hermandad de la Misión. Es obra de Ramón Seco Velasco, quien la realizó en 1961.
A su lado está el cetro de metal cincelado y plateado que en 2018 realizaron José Antonio Conradi León y Juan Carlos Vicente Segura para la Virgen del Carmen de San Leandro.
Llegamos al final de esta sala con el báculo-relicario de San Francisco de Paula de la Hermandad de la Estrella, diseñado por Sergio Cornejo Ruiz y realizado en madera de caoba y plata de ley por Orfebrería Bernet en 2018.
Entramos ya en el patio principal y en el centro se encuentra montado al completo el paso de la Virgen de la Salud de San Isidoro, una obra de madera tallada, dorada y policromada de Francisco Ruiz Rodríguez en 1949. La peana, también de madera dorada, es de Tomás Santizo (1782) y en las ménsulas de las esquinas se pueden ver las antiguas tallas de los arcángeles, sustituidas en 2005 por las actuales, de Fernando Aguado. En cuanto a los enseres de la Virgen, la ráfaga, la corona, la media luna y el cetro son de plata repujada y sobredorada, obra de 1779 de José Alexandre Ezquerra. Y el manto, de terciopelo azul pavo bordado en oro, está atribuido a las Hermanas Antúnez (1868).
Alrededor del paso de la Virgen de la Salud se muestran cuatro mantos de otras tantas imágenes marianas. Es el caso del manto procesional de la Virgen de la Alegría, bordado en oro sobre terciopelo rojo por Eduardo Rodríguez Gutiérrez en 1926.
También está el manto de la Virgen del Amparo, bordado en oro sobre terciopelo color crema por Manuel María Ariza en 1851.
Otro manto es el de terciopelo verde bordado en oro y sedas de colores para la Reina de Todos los Santos en el Convento de la Caridad de Cádiz en 1952, siguiendo el diseño de Juan Pérez Calvo.
Y el cuarto manto es de la Virgen del Santo Rosario, de la Hermandad de la Macarena, bordado en oro sobre terciopelo rojo por Juan Manuel Rodríguez Ojeda en 1914.
Frente a la delantera del paso de la Salud está el simpecado de la Virgen del Rosario, de la Hermandad del Carmen y Rosario de Santa Catalina. Fue bordado en oro y sedas sobre terciopelo carmesí por María Rodríguez y Vargas en 1768.
Y detrás del paso están la saya de la Virgen del Rosario y la túnica del Niño Jesús, de la Hermandad de las Siete Palabras, confeccionadas en raso blanco bordado en oro por Manuel María Ariza en 1863.
Contemplamos a continuación todo lo expuesto en los muros alrededor del patio, comenzando por una saya de la Virgen de la Luz de San Esteban, bordada en oro y sedas sobre tisú blanco por Guillermo Carrasquilla Rodríguez en 1945.
Observamos también el banderín de la Virgen del Patrocinio, de la Hermandad de San Bernardo, con bordado en oro sobre terciopelo granate de Esperanza Elena Caro y orfebrería de metal plateado de Viuda de Villarreal (1974).
Las hermandades del Rocío también tiene su hueco en esta exposición. Es el caso de la Hermandad del Rocío de Sevilla Sur, a la que pertenecen varios atributos de metal repujado y sobredorado con pedrería, obra de Luis Jiménez de 1983.
La Hermandad del Rocío del Cerro del Águila, por su parte, ha llevado a la exposición su banderín de hermandad, bordado sobre terciopelo verde por el taller de la Hermandad de los Dolores del Cerro en 2001.
De la Hermandad del Rocío de la Macarena es una vara de metal dorado y repujado, diseñada por Antonio Garduño Navas y labrada por Orfebrería Triana en 1990.
Y siguiendo con las corporaciones rocieras, vemos el guión de camino de la Hermandad del Rocío de Triana, bordado en oro sobre terciopelo verde por Luis Miguel Garduño (2020-2021) con dibujo de Juan Manuel Rodríguez Ojeda, entre dos frontiles de la Hermandad del Rocío de Sevilla, labrados en plata repujada por Manuel Román Seco en 1953.
Pasamos a la Hermandad de Guadalupe de la Iglesia de la Misericordia, propietaria de la vara de presidencia de metal dorado y madera, realizada en 1994 por los Hermanos Marín Díaz.
En una pequeña vitrina podemos ver un libro de reglas de la cofradía del Rosario de la calle Dos de Mayo, actualmente fusionada con la Hermandad de las Aguas, de 1909.
Otro libro de reglas, éste del siglo XVII, es el de la Hermandad del Pilar.
Y de 1686 es el libro de reglas de la Esclavitud de la Encarnación, hoy fusionada con la Hermandad de la Cena.
De la misma hermandad son las copas de latón policromado y las bolas de madera que se utilizaban en los cabildos de elecciones (se introducían bolas blancas o negras para mostrar acuerdo o desacuerdo con un candidato) y que datan del siglo XVII.
A su lado está el libro de reglas de la Hermandad de Nuestra Señora de Roca-Amador (1691-1695), hoy integrada en la Soledad de San Lorenzo.
Y también se muestra el libro de reglas de 1746 de la Hermandad de la Pura y Limpia de Santa Ana, fusionada en la actualidad con la Esperanza de Triana.
Seguimos con el pendón de San Fernando de damasco bordado en seda y recortes en 1526, perteneciente a la Hermandad de los Sastres.
Pasamos a la Hermandad de la Milagrosa, a la que pertenece una bandera de la Virgen que da nombre a la parroquia, confeccionada en damasco blanco con bordado de aplicación en oro de Juan Suárez, con una pintura central de Juan Naranjo (2001).
Llegamos a un conjunto formado por enseres de cuatro hermandades letíficas diferentes. Por un lado, el respiradero de metal plateado (1939) y el faldón de damasco y terciopelo azul bordado en plata (2011) de la delantera del paso de la Divina Pastora de Triana, obra de Andrés Contreras Ramírez y José Luis Gómez Gonzálvez, respectivamente; un manto de terciopelo verde bordado en oro por Esperanza Elena Caro para la Virgen del Mar (1958-1966); una miniatura de San Antonio de Padua de metal plateado de la Hermandad de los Dolores de Torreblanca, obra de Orfebrería Andaluza (2018); y unos frontiles de metal plateado y terciopelo azul bordado, obra de Orfebrería Sevillana y Bordados García y Poo (2008) de la Hermandad del Inmaculado Corazón de Torreblanca.
A continuación, se pueden ver una saya y un escapulario de terciopelo marrón bordados en oro por Patrocinio López García en 1880 para la Virgen del Carmen de Santa Catalina.
Otro conjunto de enseres diversos es el formado por el respiradero de madera tallada y dorada (Manuel Guzmán Bejarano, 1995) y faldón de damasco azul (2017) del frontal del paso de la Virgen de Guadalupe de San Buenaventura; un manto bordado en aplicación sobre terciopelo verde por las Hermanas Navarro Calderón para la Virgen de la Cabeza (1934-1935); y el llamador del paso de la Pura y Limpia del Postigo, labrado en metal fundido, repujado a mano y plateado por Orfebrería Andaluza (2009).
Continuamos con la bandera corporativa de la Hermandad de la Virgen de la Sierra, confeccionada con tela de seda a doble cara en mástil cromado, obra de Inmaculada Navarro (2012).
Por su parte, la Hermandad de la Virgen del Prado ha llevado a esta exposición los candelabros de alpaca repujada y plateada realizados en 2012 por Orfebrería Andaluza.
De la Hermandad de las Nieves es el simpecado que vemos ahora, bordado en oro sobre tisú de plata por un autor desconocido en el siglo XVIII.
La Hermandad de Montserrat también participa en la muestra con el libro de hermanos del siglo XVII de la cofradía del Rosario del antiguo Convento de San Pablo, hoy Parroquia de la Magdalena. De él podemos ver el párrafo donde consta como hermano el pintor Bartolomé Esteban Murillo.
Pasamos a la Hermandad de los Humeros, que ha llevado el óvalo del primitivo simpecado de culto diario, pintado al óleo sobre lienzo en la primera mitad del siglo XVIII.
A su lado está la partitura de la marcha "Candelaria Madre de Dios", compuesta en 2011 por Moisés Viretti Fernández, ex hermano mayor de la hermandad del mismo nombre.
Podemos leer también el documento de erección canónica de la Hermandad de la Divina Pastora de Padre Pío, firmado por el arzobispo Juan José Asenjo el 15 de octubre de 2019.
Por su parte, la Hermandad de Montemayor muestra su nuevo simpecado, diseñado por Manuel Barragán Rasero, con bordados sobre terciopelo rojo de Antonio Roldán Nieto, orfebrería de latón plateado de Manuel Casiano Fernández y pintura al óleo sobre lienzo de Pedro López Marcos. En cuanto a las flores del cordón, son de Margot Tocados.
A continuación está la bandera de la Asociación La Salle, perteneciente a la Hermandad de la Resurrección, bordada en oro y sedas sobre raso azul por las Hermanas Trinitarias en 1945, con asta de Jesús Domínguez Vázquez (1972).
Y llegamos al final con una saya blanca de tisú de oro con bordados del mismo metal y sedas, realizada por Arte Sacro San Fernando en 2009 para la Virgen del Rosario del Barrio León.
Hasta el próximo 23 de octubre se puede visitar esta exposición que, además de poner en valor el rico patrimonio y la historia de las corporaciones de gloria, también permite conocer un lugar que, sin duda, volverá a ser utilizado para numerosas exposiciones, como son los Baños de la Reina Mora, edificio felizmente recuperado hace unos años.
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