Esta mañana debería haberse celebrado el traslado público de la Pura y Limpia del Postigo hasta el Convento de la Encarnación, donde como cada año tendrán lugar los cultos en su honor previos a la festividad de la Inmaculada Concepción.
La imagen, recién restaurada, estaba sobre unas sencillas andas adornadas con romero y algunas flores sueltas, e iluminadas por dos candelabros plateados con tres guardabrisas cada uno. La Pura y Limpia no llevaba corona, sino un aro de estrellas, así como unos pendientes y la Medalla de la Ciudad concedida por haber sido coronada canónicamente en el año 2000.
A las doce del mediodía los cofrades han rezado el Angelus y a continuación tenía que salir un brevísimo cortejo para trasladar a la Pura y Limpia hasta el Convento de la Encarnación por Almirantazgo, Fray Ceferino González, plaza del Triunfo y plaza de la Virgen de los Reyes.
Sin embargo, la lluvia, muy débil pero persistente, ha hecho que la hermandad haya cancelado el traslado público, para sustituirlo en otro momento por un traslado privado de la talla, lo cual es llamativo, dado que hasta dentro de siete días no empezará la novena en su honor, por lo que hay toda una semana por delante para realizar el traslado de forma digna.
Como queda dicho, la Hermandad de la Pura y Limpia celebrará la novena en el Convento de la Encarnación del 27 de noviembre al 5 de diciembre. El día 6 en la Capilla Real de la Catedral será la función solemne, y por la tarde la salida procesional. Finalmente, durante la tarde del día 7 y todo el día 8 la imagen estará expuesta a la veneración en su capilla del Postigo.
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