miércoles, 26 de enero de 2022

LUZ DE LUZ: EL CAMINO DE LA RESURRECCIÓN. CINCUENTA AÑOS RESUCITANDO EN SEVILLA


Bajo el larguísimo título de "Luz de Luz: el camino de la Resurrección. Cincuenta años resucitando en Sevilla", la Hermandad de la Resurrección ha abierto el ciclo anual de exposiciones "Círculo de Pasión", del Círculo Mercantil e Industrial de Sevilla; una muestra que se enmarca en la celebración del L aniversario de la cofradía de Santa Marina.
Llama la atención al acceder a la sede del Mercantil en la calle Sierpes la escena representada en el patio central, donde la hermandad ha recreado las siguientes palabras del Evangelio de San Mateo:

"Pasado el sábado, al alborear el primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. De pronto hubo un gran temblor. El ángel del Señor bajó del cielo, se acercó, rodó la piedra del sepulcro y se sentó en ella. Su aspecto era como el del relámpago y su vestido blanco como la nieve. Al verlo, los guardias se pusieron a temblar y se quedaron como muertos. Pero el ángel se dirigió a las mujeres y les dijo: "Vosotras, no temáis; sé que buscáis a Jesús, el crucificado. No está aquí, ha resucitado como dijo. Venid a ver el sitio donde yacía. Id enseguida a decir a sus discípulos: Ha resucitado de entre los muertos y va delante de vosotros a Galilea; allí lo veréis. Eso es todo".
Ellas salieron a toda prisa del sepulcro y, con temor, pero con mucha alegría, corrieron a llevar la noticia a los discípulos. Jesús salió a su encuentro y las saludó. Ellas se acercaron, se echaron a sus pies y lo adoraron. Entonces Jesús les dijo: "No temáis, id a decir a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán".

Para recrear la primera parte de este texto, vemos el sepulcro sobre el que el Señor de la Resurrección se sitúa en su paso procesional, donde están la corona de espinas y los clavos, y detrás el ángel que lo acompaña, obra como el Señor de Francisco Buiza. Las Marías de las que habla el texto son en esta escena las imágenes de María Cleofás y María Salomé de la Hermandad de la Trinidad, mientras que al otro lado del sepulcro hay un soldado romano de Manuel Martín Nieto, perteneciente al misterio del Soberano Poder ante Pilatos de Morón de la Frontera.

















La exposición se divide, al margen de lo visto en el patio, en las dos salas habituales, donde se hace un repaso por la historia de la hermandad y por el patrimonio artístico, entre el que vemos las que serán las novedades de este año; algunas de las cuales deberían haberse estrenado en 2020 ó 2021.
Pasamos a la primera sala y encontramos para empezar el cartel conmemorativo del cincuentenario de la corporación, pintado al óleo sobre lienzo gabardina por Luis Rizo en 2019.


A continuación, vemos dos paneles que hablan acerca de los inicios de la hermandad y que dicen lo siguiente:

"La Hermandad de la Sagrada Resurrección de Cristo se fundó en el año 1969 en el seno de la Asociación La Salle, una entidad de carácter social, cultural y religioso constituida por antiguos alumnos y padres del Colegio La Salle-La Purísima.
No era la primera vez que en este colegio, siguiendo las tradiciones sevillanas vividas por alumnos del barrio de la Macarena vinculados a otras cofradías del entorno, se intentaba un proyecto cofradiero. Por ello, casi treinta años después de la idea original, cuaja en un contexto religioso y social especialmente propicio, tanto por la tenacidad de sus impulsores como por los aires de aperturismo eclesiástico y político vividos por el Concilio Vaticano II y el tardofranquismo.
Estos jóvenes cofrades contaron con el apoyo de los Hermanos de las Escuelas Cristianas de la comunidad de La Purísima, especialmente representado por el recordado Hermano Secundino (f.s.c.), asesor de la Asociación La Salle, quien, con su carácter austero pero abierto a las iniciativas promovidas por los asociados, se involucró intensamente en este proyecto con el único fin de mantener viva la llama lasaliana en este centro escolar.
Desde el principio, los impulsores tuvieron claro el deseo de formalizar una hermandad de penitencia con un titular cristífero y una devoción mariana. Fueron varias las propuestas de recuperar algunas de las hermandades extinguidas, devociones perdidas e imágenes sin culto. Sin embargo, la presencia de tres antiguos alumnos cuyos apellidos familiares destacaban en las artes sevillanas (el escultor Jesús Santos Calero, el bordador José Guillermo Carrasquilla y el orfebre Jerónimo Seco) permitió soñar con una cofradía nueva con un ajuar artístico propio y original".

Bajos estos textos, podemos ver en una larga vitrina una parte importante de la documentación que se conserva de aquellos primeros años. Se trata del libro de reglas de la Primitiva Hermandad de la Invención de la Santa Cruz (que será titular de la nueva corporación) y la Divina Pastora (1937); el acta de la bendición de la primitiva Virgen de la Aurora, hoy del Amor (18 de enero de 1970); el presupuesto de Sobrinos de José Caro para la confección de prendas del ajuar de la Virgen (mayo de 1970); un fotolito para la impresión de las primeras estampas de la Virgen de la Aurora; la circular número 14 de la Asociación La Salle, en cuya portada aparece la dolorosa recién bendecida; otro fotolito para estampas; el acta de la Asociación La Salle en la que se recoge la intención de crear una nueva hermandad (1 de junio de 1968); el libro de registro de hermanos y las fichas de éstos; las primeras reglas, aprobadas en 1972; y fotografías de diferentes actos.















Vemos ahora la primitiva bandera de la Asociación La Salle, bordada en oro a realce sobre raso azul y blanco por las Hermanas Trinitarias en 1945, con asta de plata de ley de Jesús Domínguez de 1973.



A su lado, hay una vara con el lema lasaliano Signum Fidei, formado por una estrella y el lema escrito alrededor, que es el escudo del Instituto de La Salle desde 1751. De ahí viene, por ejemplo, que la dolorosa de la Hermandad Lasaliana de la Borriquita de Jerez se llame Nuestra Señora de la Estrella.


También se muestran en este punto dos dibujos de los actuales titulares de la Hermandad de la Resurrección.


Toda una pared de esta primera sala está dedicada a la que fue la primera Virgen de la Aurora; una dolorosa que hoy recibe el nombre de María Santísima del Amor y de la que vemos una gran fotografía que se sitúa junto a un texto titulado "Al principio fue Ella":


"La talla de María Santísima del Amor es una obra de candelero, gubiada en madera de cedro y pino de Flandes por el escultor sevillano Jesús Santos Calero en 1969. Fue bendecida en la Capilla del Colegio La Salle-La Purísima el 18 de enero de 1970 por D. Antonio Franco Garrido (pbro.) bajo la advocación de Nuestra Señora de la Aurora, siendo sus padrinos el presidente de la Asociación de Antiguos Alumnos, D. José Pérez Blanco, y su esposa, Dña. Mª Rosario López Mojarro, y el presidente de la Asociación de Padres de Alumnos, D. Teófilo José Navarrete, y su esposa, Dña. Cristina López Sebastián. La imagen costó 30.000 pesetas que fueron abonadas por la Asociación La Salle y la aportación generosa del Hermano Nectario María (f.s.c.).
Bendecida en octubre de 1978 la actual imagen de Nuestra Señora de la Aurora, obra de Antonio Joaquín Dubé de Luque (1943-2019), la talla pasó a ser venerada como María Santísima del Amor, siendo la única imagen realizada por Santos Calero que recibe culto como titular de una hermandad de penitencia sevillana.
Tras la llegada de la nueva imagen de la Virgen recibió culto en una capilla del Convento de las Madres Comendadoras del Espíritu Santo de Sevilla, lugar en el que permaneció hasta que en 1994, con motivo del XXV aniversario de la fundación de la Hermandad de la Resurrección, su devoción fue puesta en valor y expuesta al culto en la Iglesia de Santa Marina y San Juan Bautista de la Salle. En 2005 fue incorporada al título de la corporación, recibiendo desde entonces cultos anuales reglados".

Vemos ahora dos vitrinas con enseres pertenecientes al ajuar de la Virgen del Amor. En la primera están la corona de diario, de plata chapada en oro (Jesús Domínguez, 1970); un pañuelo de punto de aguja de finales del siglo XIX; dos rosarios de filigrana cordobesa de mediados del siglo XX, uno de plata en su color con perlas blancas y otro de plata en su color en su totalidad; y una rosa de pasión de plata chapada en oro donada por su autor, Jesús Domínguez, en 1987 y restaurada el año pasado por Joyería Espino.





Y la segunda vitrina con enseres de la Virgen del Amor contiene una corona de plata de ley (Hermanos Delgado, 2008); un puñal de plata de los mismos orfebres (2010); unos corazones de plata; la cruz de plata del Espíritu Santo, convento donde estuvo de 1978 a 1994; el alfiler con la advocación Amor, de plata chapada en oro (Isidoro Oviedo Durán, 1994); y la cruz pectoral de la paloma, de plata de ley y perlas blancas.






Continuamos con la cruz de guía, tallada en 1973 por el autor del paso del Resucitado, José Martínez Martínez, quien la donó a la hermandad. Es de madera de cedro dorada por Artesanía Arosa (1982) y barnizada, con apliques de plata de ley de Jesús Domínguez (1987).




A la derecha está uno de los antiguos faroles de acompañamiento de la cruz de guía, obra de alpaca plateada de Manuel de los Ríos (1975). En 2018 su propio autor los restauró y los hizo desmontables para poder utilizarlos como faroles de mesa.


Y a la izquierda está uno de los actuales faroles de cruz de guía, también de alpaca plateada, pero realizados por los Hermanos Delgado (2017).


A su lado se muestra uno de los ciriales del paso de Cristo, realizados en alpaca plateada por Jesús Domínguez en 1973.




Vemos también varios enseres de los acólitos del paso del Señor, como es el ropón del pertiguero, del taller de costura de la hermandad (1974); el medallón y la pértiga antigua, de alpaca plateada (Jesús Domínguez, 1974); y la pértiga actual, del mismo metal (Hermanos Delgado, 2017).



Continuamos con el antiguo guión de la Juventud, bordado en oro y sedas de colores sobre terciopelo azul verdoso y blanco por José Guillermo Carrasquilla (1977), con asta de madera y metal plateado de Manuel de los Ríos (2005). Fue utilizado en el cortejo desde 1977 hasta finales de los ochenta, y posteriormente entre 2005 y 2009.



Pasamos ahora a hablar del Señor de la Sagrada Resurrección, sobre el que hay otro panel con un texto alusivo a cómo se gestó su realización por parte de Francisco Buiza:

"En marzo de 1972, la Junta de Gobierno encargó la imagen del Señor de la Sagrada Resurrección con un tiempo de ejecución de un año, fijándose el coste en 350.000 pesetas pagaderas en varios plazos. Según el profesor Palomero Páramo, Buiza se inspiró en el lienzo "La Resurrección de Cristo" de Bartolomé Esteban Murillo (c. 1650-1660), que se conserva actualmente en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid.
Desde el principio, el imaginero contó con varios interrogantes para llevar a cabo su proyecto: talla completa o de vestir, introducción o no de elementos tradicionales de la iconografía como la cruz, el lábaro o la bandera; situado de pie en el suelo bendiciendo o sobre nubes en ascensión saliendo del sepulcro... Todas estas dudas fueron solventándose al consultarlas con miembros de la Junta de Gobierno, pero una vez confirmado el deseo de crear una imagen de Cristo RESUCITANDO quedaba la inquietud de cómo conseguir la ascensión deseada.
Tras un tiempo de investigación le llegó la inspiración. Utilizó el sudario como elemento de apoyo del cuerpo de Cristo, arrancando desde la peana hasta la espalda, quedando de esta forma las piernas suspendidas en el aire y el tronco con los brazos abiertos. Esta sensación de ingravidez la descubrió al restaurar la imagen del Resucitado de la Parroquia de San Antonio (Cádiz), obra del genovés Domenico Giscardi.
El cuerpo del Señor tiene una altura de 1,74 metros, elevándose sus pies 32 centímetros sobre la peana. En su interior se introdujo un tubo de cinc con varios documentos, uno firmado por el hermano mayor, José Luis Núñez González, otro por el propio Buiza, billetes de la época y un recorte de la portada del diario ABC en el que se hace referencia a la paz firmada tras la guerra de Vietnam".

Delante de este texto se expone el boceto de la imagen en yeso blanco, hecho por Francisco Buiza en 1973 y restaurado por Miguel Ángel Pérez Fernández, ex hermano mayor, en 2015. Fue donado a la hermandad por su viuda.



En una pequeña vitrina se muestran diferentes documentos y enseres relacionados con el Señor, como son los recibos de Buiza por la talla tanto de la imagen titular como del ángel; recibos de José Martínez por la talla del paso; un recibo de Luis Sánchez por el dorado; otro del bordador José Ramón Paleteiro por los faldones; y otro de Sobrinos de José Caro por el estandarte; las potencias de diario y su diseño (Jesús Domínguez, 1970); y las potencias de salida y su diseño (Orfebrería Macarena, 1993). Tanto unas potencias como las otras son de plata chapada en oro.











A continuación, se muestra una reproducción del boceto del ángel, realizada por Francisco Rejano Zapata en 2016. El original, de 1974, es propiedad desde la muerte de Buiza de un particular que permitió a la hermandad la realización de una copia mediante la técnica del vaciado.


Nos referimos ahora al paso del Señor, obra de José Martínez Martínez tallada entre 1973 y 1977, con dorado de Luis Sánchez. Vemos en este punto varios enseres que ya no forman parte del paso, como uno de los candelabros laterales, que actualmente se utilizan como iluminación de las andas del vía crucis de la Virgen del Amor, y dos de las jarras que iban entre 1973 y 1976 en las esquinas y en los costeros antes de que el paso contara con candelabros de guardabrisas. Las coronillas de éstos eran de metal chapado en oro (Jesús Domínguez, 1980).





El frontal del paso del Señor, con canasto, respiradero y candelabros, es lo que vemos a continuación, pudiéndose apreciar las novedades con las que saldrá a las calles el próximo Domingo de Resurrección: las nuevas esquinas del canasto y los nuevos ángeles situados en ellas. Con estas nuevas obras se completa la ampliación del paso en la que la hermandad ha venido trabajando desde 2013, cuando se estrenaron la parihuela, las maniguetas y las esquinas de los respiraderos (aún sin dorar), y el sepulcro y el Señor ganaron en altura.
Como queda dicho, el autor original del paso fue José Martínez, pero el responsable de la talla de las esquinas de los respiraderos y del canasto, así como de los candelabros actuales es Francisco Verdugo (2013-2020); Juan Amador García Casas se encargó de la carpintería (2013); Antonio Urbano Albalá las doró; Ildefonso Jiménez confeccionó los faldones (2013); Hijo de Juan Fernández hizo las coronillas de los guardabrisas en metal chapado en oro; y Manuel Martín Nieto es el autor de los nuevos ángeles tallados de las esquinas, de cuya policromía se ha encargado Manuel Peña Suárez, del dorado Francisco Pardo y de los atributos de orfebrería que portan Miguel Cuadros Belinzón.
Los ángeles, tallados en cedro real e ideados por Manuel Francisco Ruiz Piqueras, se exponen en su sitio los de las esquinas delanteras y en una vitrina los de las traseras.














Junto al frontal del paso se sitúa uno de los antiguos candelabros de las esquinas, que pertenecen hoy a la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de la Esperanza de Guillena. Son de José Martínez (1973-1977), dorados por Luis Sánchez (1980) y con coronillas de Jesús Domínguez (1980).


También del paso vemos ahora una cartela, una manigueta y una de las esquinas, obra igualmente de Martínez en la talla y Sánchez en el dorado.




Pasamos ahora a hablar de la actual imagen de Nuestra Señora de la Aurora, a la que también se dedica un texto, titulado "Madre del Resucitado":

"Pasados unos años de la fundación, la Junta de Gobierno decide sustituir la imagen mariana titular. No porque buscara una nueva, sino porque por azar la encuentra. Manuel Rodríguez Hidalgo visita el taller de Antonio Joaquín Dubé de Luque, quien le muestra la cabeza en cedro de una imagen de dolorosa destinada a una hermandad extremeña de la Entrada en Jerusalén. Tras un debate, y una votación secreta, se propone al cabildo general, que lo acepta, el cambio de la imagen. El artista retoca la policromía, buscando determinados efectos. Talla manos y candelero (pino) y entrega una imagen que se bendice el 29 de octubre de 1978.
La diferencia, y razón del cambio, respecto a la primitiva es que mientras en ésta únicamente puede contemplarse a la Madre al pie de la cruz (uno sólo de los aspectos del Misterio Pascual), la imagen de Dubé consigue comunicar con la precisión deseada la propuesta devocional de la hermandad contenida en sus reglas (10.4).
Es esta presencia llena de fe de María, no sólo en el Gólgota, sino también y sobre todo en la contemplación anticipada de la Resurrección (en referencia, pues, al Misterio Pascual completo), el rasgo que se quiere sea leído en esta imagen mariana: "Después de que Jesús es colocado en el sepulcro, María es la única que mantiene viva la llama de la fe, preparándose para acoger el anuncio gozoso y sorprendente de la Resurrección. La espera que vive la Madre del Señor constituye uno de los momentos más altos de su fe: en la oscuridad que envuelve el universo, ella confía plenamente en el Dios de la vida y, recordando las palabras de su Hijo, espera la realización plena de las promesas divinas" (San Juan Pablo II)".

"Aurora, luz de la mañana" es el título de la pintura de Juan Núñez Cifuentes (2019) que servirá de papeleta de sitio del vía lucis extraordinario que se celebrará con la Virgen de la Aurora el próximo 22 de mayo, dentro de los actos del cincuentenario de la hermandad.


A su lado está la conocida como saya del estandarte, ya que cuenta con parte de los bordados del primitivo estandarte corporativo. Está bordada en oro sobre tisú del mismo metal. Los bordados originales son de José Guillermo Carrasquilla, mientras que la creación de la saya y el enriquecimiento de los bordados se deben a José Ramón Paleteiro (2014).


Junto a esta saya hay otra, la de damasco blanco bordada en oro en 1994 por Paleteiro, quien en 2019 la enriqueció y pasó a nuevo soporte.


Continuamos con otra novedad que presentará la hermandad este año, como es la toca de sobremanto bordada en oro, sedas y marfil sobre malla de oro, realizada en 2021 por Paleteiro reproduciendo un diseño original de Dubé de Luque.



Vemos ahora en una extensa vitrina diferentes enseres del ajuar de la Virgen de la Aurora, como son el encaje de las rosas (1992); un rosario de oro de filigrana cordobesa (Sergio Rodríguez Castañeda, 1995); un rosario azul con pedrería de lapislázuli y piezas de plata (2015); el encaje de las cinco puntas (2015); un rosario de filigrana cordobesa, plata y perlas blancas, regalo de la Hermandad de Monte-Sión (2017); la rosa de oro de ley (Hermanos Delgado, 2003); un juego de peinar de oro, plata y carey; el encaje de los óvalos, que se estrenará este año; la medalla de oro con el escudo de la hermandad (Isidoro Oviedo Durán, 1978); la medalla de oro con el escudo de la Hermandad de los Javieres (1996); la medalla de oro y esmaltes con el escudo de La Salle (Joyería Espino, 2009); el broche del alfa y omega, de oro de ley, plata y perlas (Joaquín Carrasco, 2016); la cruz pectoral de oro y esmaltes del Cardenal Carlos Amigo (1992); y el fajín militar de seda bordado en oro donado por el general de Infantería Miguel Simó (2003).





A continuación se muestra el cartel del XXV aniversario de la bendición de la Virgen de la Aurora (2003), pintado por María Teresa Chiappi en 1995 en pastel sobre papel canson.


Bajo la pintura, hay un aro de estrellas realizado en plata de ley con brillantes y aguamarinas por José Manuel Bernet Cabeza (2021).


Y otro aro de estrellas encontramos en la última vitrina de esta primera sala. Se trata del primero que tuvo la hermandad, realizado en metal plateado por Manuel Seco Velasco en 1970. Junto a él vemos la factura de esta pieza, que costó 2.250 pesetas, y otra factura de Sobrinos de José Caro del mismo año por la realización de un manto de camarín y una saya por valor de 8.500 pesetas.



Alrededor de lo anterior vemos cuatro bocetos y otros tantos contratos de la hermandad con los orfebres Hermanos Delgado para la ejecución de la candelería, los varales, la peana y los candelabros de cola del paso de palio (1986-1990).





Nos adentramos ya en la segunda sala de la exposición y en primer lugar vamos a indicar que en distintos puntos de ésta se muestran tres carteles de las Fiestas de Santa Marina, organizadas por la Hermandad de la Resurrección. Fueron pintados por Luis Rizo (2011), José Antonio Contreras (2013) y Carles Salafranca (2016).




En esta sala vemos el libro de reglas, con portada de plata de ley sobre terciopelo azul (Jesús Domínguez, 1972), láminas pintadas por Ricardo Llamas y Luis Rizo, y encuadernación de Alés. A su lado está la pértiga que acompaña al libro, realizada por los Hermanos Delgado (2018).



Seguimos encontrando varios paneles explicativos, como el que vemos ahora, titulado "Los deseos del Cardenal Bueno Monreal".

"Desde su origen, la Resurrección fue pensada como hermandad de penitencia. En las primeras reglas presentadas a la Autoridad Eclesiástica (septiembre de 1970) se recogía el claro deseo de realizar estación de penitencia a la Catedral a través de los escudos o el hábito de nazareno. Esto no fue posible hasta la firma del decreto del Cardenal Bueno Monreal del 12 de octubre de 1981, por el que expresaba su deseo de que la hermandad adquiriera, además de la condición de penitencial, la de sacramental. A partir de ahí fue considerada en su triple naturaleza: sacramental, penitencial y gloria.
En virtud al decreto de 1981 se organizó la primera estación de penitencia el Domingo de Resurrección de 1982, con un horario vinculado a la Misa Estacional de la Catedral y el deseo del Cabildo de que el templo quedara expedito a las 9,30 horas. Ello supuso que la cofradía se pusiera en la calle desde la Capilla del Colegio La Salle-La Purísima a las 5,30 horas de la madrugada y entrara a las 13,30 horas.
Hora y media antes de la salida dio comienzo la Vigilia Pascual en la que participaron, con una emoción inenarrable, casi 200 nazarenos, costaleros, banda, hermanos de paisano, acompañantes y cofrades de Sevilla. Tras la celebración, los hermanos pasaron al comedor del colegio para desayunar y evitar salir de la fila durante la procesión. A las cinco de la mañana la cofradía comenzó a formarse. El hermano mayor, José Luis Núñez González, situado en el umbral de la capilla en el centro de los tramos, fue estrechando la mano a todos los nazarenos, exclamando emocionado: "Éste es el día que esperábamos. El Señor ha resucitado. ¡Buena estación de penitencia!".
Este primer año la cofradía hizo estación de penitencia de forma atípica, entrando en la Catedral por la Puerta de Palos y saliendo por San Miguel, pasando por el Andén del Ayuntamiento, girando por la calle Granada hasta Sierpes y, tras cruzar la Campana, siguiendo por Martín Villa y Laraña. El cortejo contó con cinco tramos formados por la cruz de guía, bandera cruzada, bandera de la Asociación La Salle, libro de reglas y estandarte".

Continuamos viendo una pequeña imagen del Niño Jesús vestida con la túnica de los nazarenos. Es de madera policromada al óleo y fue realizada en 2007 por el ex hermano mayor Miguel Ángel Pérez Fernández.


A continuación, está el senatus, labrado en alpaca plateada por Jesús Domínguez en 1991. Se trata de una réplica en orfebrería del senatus bordado por Carrasquilla que tiene la Hermandad de las Penas de San Vicente.



Seguimos con una bocina del paso del Señor, obra de alpaca plateada de 1987. Es el primer trabajo que los Hermanos Delgado hicieron para la hermandad. Los paños serán sustituidos el año que viene por unos nuevos.



El guión sacramental y una de las cuatro varas que lo acompañan son los siguientes elementos expuestos. Tanto el guión como las varas son de alpaca plateada (Jesús Domínguez, 1987).



Al igual que veíamos en la otra sala sobre los acólitos del paso del Señor, ahora se muestran diversos enseres de los acólitos del paso de palio. Las prendas son de damasco rojo con un galón dorado (José Ramón Paleteiro, 1994), mientras que el medallón y la pértiga son de alpaca plateada (Hermanos Delgado, 1999).



La Iglesia de Santa Marina tiene también su protagonismo en la exposición a través de un texto divido en dos paneles y de dos enseres pertenecientes al templo:

"En la visita realizada a Sevilla el día 13 de mayo de 1981 por parte del director general de Patrimonio Artístico, Javier Tusell Gómez, le encargó al delegado provincial de Cultura de la Junta de Andalucía, Gabriel Bascones, la redacción de un informe acerca de la situación en la que se encontraba la Iglesia de Santa Marina. Tras enviarse a Madrid, toda la acción restauradora del Ministerio se supeditaba al uso que fuera a recibir por parte de la Iglesia.
Puestos en contacto con el Arzobispado, el Cardenal Bueno Monreal ofreció a la Hermandad de la Sagrada Mortaja su traslado, pero fue rechazado por el apego que tenía la corporación al Convento de la Paz, lugar en el que radicaba por entonces (al igual que hoy). Sin embargo, la Providencia quiso que se dieran las circunstancias adecuadas (el decreto de incorporación de la hermandad a la Semana Santa de Sevilla, la imposibilidad de procesionar el deseado paso de palio de la Virgen de la Aurora y el temor a la clausura del Colegio La Salle-La Purísima tras la crisis superada tres años antes) para que el hermano mayor, José Luis Núñez González, solicitara al Cardenal Bueno Monreal la cesión de este histórico edificio, hecho que ocurrió en los primeros días de noviembre de 1981.
El 15 de noviembre de 1981 la arquitecta Carmen Navarro y el hermano mayor visitaron la iglesia y se hicieron cargo del deplorable estado en que se encontraba: la techumbre de la nave derecha destrozada y algunas partes de la nave central. El resto de la fábrica aparecía relativamente bien, aunque llena de suciedad y escombros. En algunas zonas los residuos alcanzaban dos metros de altura, por lo que lo primero que se propuso fue un presupuesto destinado a desescombrar, limpiar y colocar una nueva puerta.
Sin embargo, el 7 de diciembre de 1981 (tan sólo unos días después de la cesión del templo), un nuevo incendio intencionado provocó que se tuvieran que reponer en su totalidad las cubiertas y el artesonado de la nave central, así como las puertas, ventanas, acometida eléctrica y solería, quedando los gastos fijados en 181.000 euros (31.500.000 pesetas de la época), que fueron aportados por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.
Las obras de restauración se llevaron a cabo de manera intermitente desde 1981 hasta el 7 de abril de 1987, festividad litúrgica de San Juan Bautista de la Salle. Ese mismo día fue bendecida la iglesia, motivo por el cual se añadió a su nombre el de nuestro santo titular San Juan Bautista de la Salle".

Los dos enseres del templo que se exponen son el vaso pequeño de la pila bautismal, de mármol blanco (siglo XVI) y la representación de la Virgen del Valle de Isla Margarita sobre el cielo venezolano y las islas Margarita y Cubagua, del estado de Nueva Esparta. La pintura, al óleo sobre lienzo, es de Juan Antonio Rodríguez Hernández (mediados de los años setenta), mientras que el marco, de madera de cedro dorada, estofada y policromada, se atribuye a Francisco Buiza.



Muy curiosa es la información que se da en la exposición acerca de los llamados "Amigos del Arte":

"Para colaborar en las labores de desescombro, limpieza y traslado de enseres de la Iglesia de Santa Marina, la Hermandad de la Resurrección contó con la inestimable ayuda de un nutrido grupo de jóvenes estudiantes de la especialidad de Historia del Arte de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Sevilla que, comandados por el joven hermano Fernando Díaz Buiza (q.e.p.d.), se constituyeron en una asociación cultural denominada "Amigos del Arte" (y cuyas siglas eran A.C.A.D.A.). Ésta contaba entre sus fines principales con la colaboración activa en las labores de atención, documentación y limpieza de ciertas obras del patrimonio artístico sevillano.
La entrega de estos jóvenes en esta actividad y su amor a la hermandad fue tal que, finalmente, todos se hicieron hermanos y participaron en sus cultos y actividades. En agradecimiento, la Junta de Gobierno quiso dedicar el patio de la iglesia a su recuerdo, por lo que desde 1987 se denomina Patio de los Amigos del Arte. La asociación a su vez donó un broche de oro con su escudo a la Virgen de la Aurora, que suele lucirlo anualmente en su salida procesional.
Desde entonces la Hermandad de la Sagrada Resurrección no ha recibido ninguna otra ayuda económica para la conservación de la Iglesia de Santa Marina. De este modo, el mantenimiento ha quedado a expensas de la mayordomía y de hermanos donantes, al igual que las obras de recuperación de la capilla sacramental, la limpieza del hastial, la conservación de las techumbres y la restauración de las cúpulas de las diferentes capillas del templo.
Afortunadamente, gracias a la entrega económica de los hermanos y a la magnífica gestión de las juntas de gobierno, la Iglesia de Santa Marina y San Juan Bautista de la Salle se ha convertido en un templo de referencia para la religiosidad del vecindario con misas dominicales, aperturas en horario de mañana y tarde, cultos (eucarísticos, cuaresmales), eventos histórico-artísticos (por su interés en el estudio del gótico mudéjar) y atractivo turístico (elevando el valor económico de sus viviendas y dando vida a las actividades comerciales del entorno próximo)".

Avanzamos en el patrimonio expuesto deteniéndonos ahora en el respiradero frontal del paso de palio de la Virgen de la Aurora, labrado en alpaca plateada por los Hermanos Delgado en 1991. Por otro lado, estos orfebres realizaron en el mismo material la candelería, formada por 96 piezas de diversos tamaños, siguiendo el boceto de Antonio Joaquín Dubé de Luque.








Vemos ahora uno de los doce varales del palio, donados por otras tantas familias de la hermandad que firmaron con los orfebres, los Hermanos Delgado, contratos independientes por cada uno de ellos. Son también de alpaca plateada y fueron realizados entre 1988 y 1990.






El gran estreno de la Hermandad de la Resurrección este año será el nuevo palio de la Virgen de la Aurora, que debería haberse visto ya en la calle en 2019, pero por un retraso de su bordador, José Ramón Paleteiro, no pudo estrenarse entonces. La pandemia del coronavirus ha hecho el resto, por lo que en principio será en este 2022 cuando por fin podamos disfrutar de su contemplación bajo el sol de la mañana del Domingo de Resurrección.
Vemos en primer lugar el techo, bordado en oro y sedas de colores sobre malla del mismo metal, mientras que la gloria y las escenas de las esquinas, diseñadas por Carles Salafranca, están bordadas en sedas por el taller La Egipcia. El diseño de los bordados hechos por Paleteiro corresponde a Dubé de Luque.








Además del techo, este año se estrenarán las bambalinas, bordadas en hilo de oro y sedas sobre malla de oro por Paleteiro. Sustituyen y reproducen con ligeras variaciones a las primitivas, de 1992, realizadas según el boceto de Dubé de Luque. Estaban bordadas en aplicación a una sola cara y hoy pertenecen a la Hermandad de la Borriquita de Los Palacios. En la exposición puede verse la nueva caída frontal y la antigua. Para conocer con más detalle el nuevo palio de la Virgen de la Aurora se puede consultar el reportaje de la exposición "Ave, luz mañanera", celebrada en el Ayuntamiento en diciembre de 2019 (ver).








Seguimos con uno de los ciriales que anteceden al paso de palio, obra de alpaca plateada de los Hermanos Delgado (1999).



A su lado está la bandera cruzada, bordada en oro y sedas de colores sobre damasco azul y blanco por José Ramón Paleteiro en 2019, con asta de plata de ley de los Hermanos Delgado (1993). El escudo de la hermandad que tiene en el centro es el del antiguo estandarte corporativo.



De Charo Bernardino es el banderín del grupo joven, que está bordado en oro y sedas sobre terciopelo burdeos (2009). El asta es de metal plateado y madera, de Manuel de los Ríos (2005).


También se ha llevado a la exposición el estandarte corporativo, bordado por ambas caras en oro y sedas de colores sobre terciopelo burdeos por Ildefonso Jiménez (2007). El asta, de plata de ley, es de los Hermanos Delgado (2007) e incorpora en el remate una reproducción en miniatura del Señor de la Resurrección.


A lo largo de los años, la Hermandad de la Resurrección ha organizado varios pregones o exaltaciones, por lo que en una vitrina hay una pequeña muestra de algunos de los textos que se han recitado en dichos actos.


En cuanto al aspecto musical, forman parte de la exposición las banderas o banderines de las formaciones que acompañan actualmente a la hermandad: la Agrupación Musical María Santísima de las Angustias Coronada ante la cruz de guía, la Agrupación Musical Virgen de los Reyes tras el paso del Señor y la Banda de Música María Santísima de la Victoria tras el paso de palio.


A su lado se ven algunas partituras de marchas dedicadas a la hermandad y el regalo que le ofreció la Agrupación Musical Virgen de los Reyes en su trigésimo aniversario.





Nos dirigimos ahora al centro de la sala, donde podemos observar con detalle uno de los candelabros de cola del paso de palio de la Virgen de la Aurora; en concreto, el del costero izquierdo. Son de alpaca plateada, obra de los Hermanos Delgado (1992).






Y completamos nuestro recorrido con una vitrina en la que se exponen la corona de salida de la Virgen de la Aurora, obra en plata sobredorada y rubíes de los Hermanos Delgado (1993), quienes donaron la mano de obra; el llamador del palio, de plata de ley (Manuel de los Ríos, 1992), donado por el capataz Antonio Santiago; los ángeles de la peana, de alpaca plateada (Hermanos Delgado, 1987); tres de las 18 jarras que hay en todo el paso, de alpaca plateada (Hermanos Delgado, 1992); y una rosa de pasión.











Muy completa resulta la exposición que hasta este domingo nos ofrece la Hermandad de la Resurrección; una corporación con una rica historia pese a su juventud y que vino llenar un hueco muy importante que tenía la Semana Santa sevillana: el misterio de los misterios, el que da sentido a todos: la Resurrección de Jesucristo.

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