La Hermandad del Dulce Nombre de Bellavista celebró anoche el vía crucis presidido por Nuestro Padre Jesús de la Salud y Remedios, que se reencontró así con las calles del barrio saliendo de la Parroquia del Sagrado Corazón tras la misa de las siete de la tarde.
Un breve cortejo de hermanos con hachetas encabezados por la cruz alzada entre ciriales acompañaba al Señor, así como el estandarte corporativo y un trío de miembros de la Banda de Música Santa Ana, de Dos Hermanas, que fue interpretando música de capilla a lo largo del recorrido.
Para este vía crucis, la imagen, realizada por Antonio Castillo Lastrucci para una cofradía jerezana que finalmente no se llegó a fundar, vestía túnica lisa de terciopelo burdeos y estrenaba un cuello de encaje de Valencienne. Sobre la cabeza, tenía unas potencias doradas que no son las que suele llevar en las estaciones de penitencia del Viernes de Dolores.
Varios hermanos guiados por el capataz Juan Manuel Martín fueron los encargados de portar las andas, que tenían unos faldones de terciopelo azul y estaban iluminadas por cuatro faroles cedidos por la Hermandad de Santa Genoveva. Rosas, orquídeas, astromelias y lirios, entre otras flores, rodeaban el perímetro de las andas, dejando un hueco en el frontal para el llamador.
Fernando Cano Romero, donante de la imagen del Señor de la Salud y Remedios a la Parroquia del Dulce Nombre, formó parte del cortejo cerca de las andas, mientras que numerosos cofrades y devotos de Bellavista acompañaron al Señor a lo largo de su recorrido por las calles del barrio, que volvieron ayer a verlo pasar después de tanto tiempo. La próxima vez que lo haga será en cinco semanas, en un nuevo Viernes de Dolores.
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