La Virgen de la Salud de San Isidoro salió a las calles el pasado domingo recuperando así su acostumbrada procesión del mes de mayo después de la pandemia. Fueron exactamente tres horas las que duró esta salida que llevó a la Virgen a recorrer diferentes calles de la feligresía desde el templo de lo que en tiempos se conoció como la Costanilla.
La cruz alzada entre ciriales, el simpecado y el libro de reglas formaron parte del cortejo de la cofradía, en el que también participó la Hermandad de las Tres Caídas de San Isidoro justo antes del propio estandarte corporativo de la Hermandad de la Salud.
La Virgen de la Salud salió de San Isidoro y bajó la Cuesta del Rosario hacia el Salvador, para después continuar por Entrecárceles a la plaza de San Francisco, Sierpes, Sagasta y nuevamente a la plaza del Salvador. Desde ahí fue a la calle Córdoba, plaza del Pan y Alcaicería, saliendo luego a la plaza de la Alfalfa.
Aquí, en este punto del recorrido, la Banda Sinfónica del Liceo de Moguer, que por segunda vez ha acompañado a la Virgen de la Salud, interpretó la marcha "Pasan los campanilleros", con la que el paso, comandado por Francisco Javier Pagés, recorrió al completo la plaza.
Para esta salida procesional, la Virgen de la Salud lució el manto celeste conocido como el de las cintas, que es una reproducción realizada en 2004 de un manto anterior de 1912. En cuanto al exorno floral, llevaba lilium de color blanco ante la imagen y en las esquinas traseras, mientras que en las jarras de los costeros había rosas del mismo color.
Antes de regresar a San Isidoro, la cofradía dio un rodeo continuando por Águilas con la marcha "Candelaria", con la que llegó a girar a la calle Cabeza del Rey Don Pedro. Después avanzó a buen ritmo con "Rocío" hasta tomar la calle Boteros, donde a continuación la banda de Moguer interpretó "Cristo en la Alcazaba".
La procesión iba poco a poco llegando a su fin cuando, tras Boteros, el paso giró a Odreros con "Valle de Sevilla" para volver a la plaza de la Alfalfa, donde se detuvo antes de seguir por Jesús de las Tres Caídas, momento en que la Banda del Liceo de Moguer interpretó "Virgen de la Estrella".
Con esta composición, la Virgen de la Salud llegó hasta la confluencia con el inicio de la Cuesta del Rosario, donde su paso se detuvo durante algunos minutos.
El capataz recibió instrucciones sobre cómo realizar la entrada. Iba a sonar "María Santísima del Subterráneo", que sería la última marcha de la procesión, y directamente, sin detenerse en la puerta, el paso tenía que ir para dentro.
Dicho y hecho, el paso se levantó y comenzó a recorrer la calle Luchana cuando la banda inició la interpretación de la marcha de Pedro Gámez Laserna. Un hombre que veía la cofradía se dirigió al hermano mayor de la Cena, Álvaro Enríquez, presente en el cortejo, para hacerle una broma sobre la marcha escogida, dedicada a su dolorosa. El hermano mayor se limitó a sonreír de forma cómplice sin aclarar si en la elección de la composición había tenido algo que ver.
Poco a poco, sorteando algún pivote colocado delante de la puerta del templo, en la acera de enfrente, el paso de la Virgen de la Salud fue girando y entró en San Isidoro, momento en que la Banda del Liceo de Moguer tocó el Himno de España.
A las diez y media de la noche, tres horas después de la salida, la Virgen de la Salud estaba de vuelta en la Parroquia de San Isidoro, en cuyo interior se cerró la procesión con las oraciones finales. Las dos hermandades con sede en este templo, la penitencial y la letífica, ya han podido por fin en este 2022 realizar sus salidas procesionales, lo que no ocurría desde 2018, ya que en el 19 la cofradía penitencial no pudo hacerlo por la lluvia.
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