La Hermandad del Sagrado Corazón de Jesús puso este fin de semana el punto final a los cultos anuales con motivo de su festividad con la solemne veneración llevada a cabo en el presbiterio bajo de la Parroquia de la Concepción Inmaculada.
Con el presbiterio cubierto por una alfombra de color rojo que subía hasta la parte alta del presbiterio por sus escalones, y con otra alfombra puesta sobre la anterior, la imagen que tallara Antonio Illanes se presentó a los devotos luciendo su nimbo procesional, estrenado en 2015.
Alrededor del Corazón de Jesús se dispusieron un total de diez candeleros con cera blanca, cinco a cada lado, y entre ellos dos jarras plateadas sobre sendos pies de base cuadrada forrados en tela de damasco rojo. Tanto esas jarras como otras dos más pequeñas ubicadas en el suelo, además de tres centros, uno de ellos ante la peana, contenían la clásica combinación cromática de diversas especies florales que caracteriza a la corporación, con los colores rojo, blanco y morado.
Este acto de veneración se desarrolló durante el horario habitual de apertura de la parroquia de Nervión, con la luz que iluminaba al Corazón de Jesús destacando en un templo que se mantuvo durante casi todo el tiempo prácticamente a oscuras.
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