Nuestra Señora del Santo Rosario, de la Hermandad de la Macarena, salió a las calles de su barrio el pasado domingo en una salida procesional de algo más de cuatro horas de duración y en la que estuvo precedida por un cortejo bastante más extenso de lo que es habitual en las procesiones de gloria.
La Centuria Romana Macarena empezó a marcar el camino cuando la cofradía empezó a salir a las seis en punto de la tarde. En ese momento interpretó una nueva marcha de cornetas y tambores llamada "Rosario", compuesta por José Manuel Sánchez Crespillo.
Detrás, varios tramos de hermanos con cirios antecedidos por la cruz de guía, las insignias basilicales, el simpecado, el guión concepcionista y el guión dominico. A continuación, iban las representaciones de las hermandades del Parroquia de San Gil (el Rocío, el Carmen y la Sacramental), el estandarte corporativo de la Hermandad de la Macarena, la presidencia y el cuerpo de acólitos.
El paso de la Virgen del Santo Rosario abandonó la Basílica y la Banda del Carmen de Salteras tocó al salir al atrio el Himno Nacional. Después, el paso se detuvo junto al amplio balcón de las dependencias de la hermandad y los miembros de la Escolanía de la corporación le cantaron a la imagen. Seguidamente, la Virgen salió a la plaza de la Esperanza Macarena acompañada por la marcha "Coronación de la Macarena", que fue interpretada en dos ocasiones. Con ella, se dirigió al inicio de la calle Macarena, deteniéndose a la altura del Arco. Minutos después, el paso, de cuyo exorno floral llamaban la atención las esquinas cuajadas de varas de nardos, siguió avanzando con "Esperanza Macarena".
El capataz, José María Rojas Marcos, hizo sonar después el llamador y la Virgen del Rosario continuó recorriendo los primeros metros de su itinerario junto a la muralla. La imagen vestía el manto color cereza bordado en 1914 por José Manuel Rodríguez Ojeda, además de la saya blanca de tisú bordada en 2013 por Rosario Bernardino y una toca de malla.
"Pasa la Virgen Macarena" fue la siguiente marcha que sonó tras la Virgen del Santo Rosario aún en la calle Macarena, y luego fue el turno de "Siempre Macarena", composición que la Banda del Carmen inició una segunda vez mientras el paso giraba a la calle Patricio Sáenz, aunque fue interrumpida cuando el paso se detuvo.
"La música no es para los costaleros; es para la Virgen". Quien dijo esto no fue quien esto escribe (que, por otra parte, lo dice siempre), sino un chaval que, acompañado de un amigo, mostraba así su desacuerdo con que la marcha se hubiera cortado de forma abrupta sólo porque el paso se hubiera parado. Nada nuevo, desgraciadamente, bajo el sol de las cofradías...
Más adelante, la Virgen del Santo Rosario alcanzó la calle Aniceto Sáenz, a la que giró a los sones de "Virgen de Montserrat". Desde ahí salió a la plaza del Pumarejo mientras se escuchaba la marcha "La Esperanza de Triana". Pisaba entonces la Virgen los mismos adoquines por los que unas horas antes había pasado, ya de vuelta a Santa Marina, el Señor de la Sagrada Resurrección en su salida extraordinaria (ver).
En la plaza del Pumarejo se pudieron oír también las marchas "Macarena", de Abel Moreno, e "Hiniesta Coronada". Esta última sirvió para que con sus sones el paso de la Virgen del Santo Rosario realizara el giro hacia la calle Relator.
La Virgen del Rosario se marchó sobre su paso, en cuya restauración se ha estado trabajando en los últimos años, para buscar calles tan emblemáticas como Parras y Escoberos, cruzando luego Resolana por Fray Luis Sotelo. Este año el recorrido incluía el paso por las callejuelas del otro lado, tras las que regresaría a la Basílica por Don Fadrique y cruzando el Arco. Algunos minutos antes de las diez y media de la noche hizo su entrada en el templo.
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