Nuestra Señora de la Esperanza Divina Enfermera salió el pasado fin de semana a las calles de la feligresía de San Andrés y San Martín en su anual procesión de cada primer sábado de octubre. Para esta salida, el paso estrenó los candelabros, que eran los antiguos de su paso restaurados y ampliados.
Llamaron la atención de ellos, y no muy positivamente, los basamentos, excesivamente grandes, y todo parece indicar que para el año que viene serán sustituidos por otros de unas dimensiones más adecuadas. El uso de estos candelabros, que salieron aún sin dorar, ha hecho que ya no se utilicen para esta salida los del paso de misterio de la Lanzada, como ha venido ocurriendo hasta el año pasado.
La hermandad vivió además un momento complicado poco después de salir, prácticamente en la confluencia de las calles Saavedras, que acababa de dejar atrás, y Alberto Lista. En una levantá, el perno de la corona se rompió, cayendo ésta hacia atrás. Aunque se intentó reparar en plena calle, no fue posible, por lo que finalmente la imagen tuvo que procesionar sin corona.
Tras salir de San Martín a las seis y media de la tarde, el cortejo, en el que participaron sanitarios como reconocimiento de la hermandad a su labor durante toda la pandemia del coronavirus, tomó la zona de Viriato y Amparo para visitar el Convento del Pozo Santo y posteriormente el de las Hermanas de la Cruz. Luego, por Alcázares, salió a la plaza de la Encarnación. En este punto, la Banda de Cornetas y Tambores San Juan Evangelista, que abría la procesión, fue sustituida por la de las Tres Caídas, que acaba de renovar el contrato para seguir acompañando al Cristo de la Lanzada durante los próximos tres años.
La Divina Enfermera rodeó la plaza por la parte más cercana a las calles Regina y José Gestoso, siendo acompañada en esta zona por bastante gente alrededor de su paso, que llevaba el llamador estrenado el pasado Miércoles Santo en el palio de la Virgen del Buen Fin.
Tras dejar atrás la Encarnación, la Divina Enfermera tomó la calle Laraña. En la puerta de la Iglesia de la Anunciación no estaba recibiéndola la Hermandad del Valle, como otros años. "No vamos a escuchar 'Virgen del Valle'", dijo alguien.
En su lugar, para ese giro la Banda de Música María Santísima de la Victoria, de Las Cigarreras, tocó "Siempre la Esperanza". Con ella, el paso llegó hasta pasar algunos metros la puerta de la Anunciación y luego se detuvo. Seguidamente, el capataz Ismael Vargas hizo sonar el llamador y el paso, adornado con lilium, astromelias, lisiantum y nardos, hizo una chicotá a tambor hasta volver a pararse cerca de la esquina con Orfila.
Con la marcha "Como tú, ninguna", la Esperanza Divina Enfermera giró hacia Orfila, donde después la Banda de Las Cigarreras tocó "Siempre Macarena", aunque esta marcha fue interrumpida cuando el paso se paró poco antes de alcanzar la Capilla de San Andrés.
Luego, con "Virgen de los Negritos", la Divina Enfermera se volvió ante la puerta, donde fue recibida por la Hermandad de los Panaderos, que celebraba este fin de semana el acto de veneración a María Santísima de Regla (ver).
Tras la presentación ante esta cofradía, que comparte día de salida con la Lanzada, el paso se levantó y comenzó a alejarse a los sones de "El Corpus" en dirección a la plaza Fernando de Herrera. Luego, tras otra chicotá a tambor, afrontó la estrechez de Daoiz mientras la banda interpretaba "A ti Manué", llegando con ella hasta la puerta ojival de la Parroquia de San Andrés, donde la Divina Enfermera fue recibida por la Hermandad de Araceli. Sus cofrades rezaron la Salve y por ellos, que "siempre están para recibir a la Divina Enfermera", como dijo el capataz, se levantó el paso y se encaminó a la plaza de San Andrés con la marcha "Virgen de las Aguas".
Curiosamente, en la puerta de la parroquia que da a la plaza estaba la Hermandad de Santa Marta con su estandarte corporativo. Una parroquia, dos hermandades y cada una por una puerta distinta. Hasta ella llegó el paso con "Macarena", de Emilio Cebrián, volviéndose ante la representación de la cofradía del Lunes Santo. Grandes lazos unen a ambas corporaciones, dado que la Lanzada acogió a Santa Marta en San Martín durante los once años que la Parroquia de San Andrés estuvo cerrada a finales del siglo pasado. Los titulares de Santa Marta ocupaban la capilla que actualmente preside la Virgen del Buen Fin.
Bajo la atenta mirada de dos turistas, padre e hijo aparentemente, los músicos de Las Cigarreras tocaron "Aquella Virgen" tras el paso para que la Divina Enfermera continuara su camino hacia la calle Cervantes, por la que desembocó de regreso a San Martín.
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