sábado, 8 de octubre de 2022

LA VIRGEN DEL ROSARIO DE MONTE-SIÓN, CON SU REFORMADO MANTO DE CULTOS


La Hermandad de Monte-Sión es otra de las que aún, por alguna razón, no han recuperado la celebración de los tradicionales besamanos. Por ello, desde ayer, día de su festividad, y hasta mañana María Santísima del Rosario permanece expuesta en solemne veneración en su capilla sin que sea posible besar la mano.
La dolorosa se muestra para este culto elevada sobre una tarima de madera policromada y dorada, y a su vez encima de una peana plateada. Viste un manto de cultos que ha sido reformado recientemente. Era de terciopelo negro, pero, como se pudo ver el pasado mes de junio al presentar el resultado, el taller de bordados de la hermandad lo ha pasado a terciopelo azul y además ha enriquecido los bordados. Por otra parte, también lleva una saya de terciopelo de algodón de color burdeos confeccionada hace dos años por Dolores Fernández, del taller Orobordado, según el diseño de Ricardo Gil. 
La Virgen luce su corona procesional, un puñal, la réplica de la Medalla de la Ciudad, un alfiler con su advocación entre dos estrellas y varios broches. En las manos la Virgen sujeta hasta cinco rosarios, tres en la izquierda y dos en la derecha, en la que también tiene un pañuelo de encaje.
Junto a la Virgen del Rosario vemos, sobre sendos pies de base cuadrada forrados en terciopelo rojo, cuatro jarras con nardos, lilium y lisiantum, todo ello de color blanco, y dos faroles. A los pies de la imagen hay un centro con las mismas flores y detrás, ante el cortinaje de damasco rojo que cubre el retablo, se ha dispuesto un dosel de cultos de la hermandad. Finalmente, en el lado derecho se sitúa el estandarte corporativo.
































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