La Hermandad de Monte-Sión ha celebrado este martes el tradicional rosario de la aurora con la imagen de María Santísima del Rosario en sus Misterios Dolorosos, que en esta ocasión ha tenido como destino el Convento de Santa Inés.
Hasta allí ha partido a las siete de esta mañana la Virgen del Rosario desde su capilla de la calle Feria, aunque en esta ocasión ha prescindido del pequeño palio estrenado en 2013 y utilizado desde entonces para este culto de cada 1 de noviembre. Las dimensiones de las andas sobre las que se coloca dicho palio impedían el acceso al convento de la calle Doña María Coronel, por lo que ha sido imposible utilizarlo este año.
En su lugar, la Virgen del Rosario de Monte-Sión, vestida con un manto negro bordado en oro, una saya blanca y un fajín hebraico, ha salido a las calles sobre unas andas iluminadas por ocho candeleros con cera blanca en la parte delantera y dos faroles en la trasera, y adornadas con dos jarras con diversas especies florales de color blanco. La dolorosa lucía una corona de plata, contaba con un broche en el pecherín y sujetaba en las manos varios rosarios y un pañuelo.
En su camino de ida a Santa Inés, durante el que se ha rezado el Santo Rosario (los misterios dolorosos por ser martes), la Virgen del Rosario ha pasado por Feria, San Juan de la Palma, Dueñas y Doña María Coronel, mientras que el regreso, tras la celebración de la eucaristía, ha sido por Doña María Coronel, San Pedro, Santa Ángela de la Cruz, Jerónimo Hernández, Regina y Feria, con visita al patio interior de la residencia de ancianos de San Juan de la Palma.
El Coro de Campanilleros de Tomares se ha encargado de acompañar con sus cánticos a la Virgen del Rosario, que ha regreso a su capilla pasadas las once y media de la mañana.
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