Este jueves ha comenzado el besamanos a María Santísima de la O, que durará hasta el próximo domingo, festividad de la Expectación del Parto a la que alude la advocación de la dolorosa de la hermandad trianera.
La Virgen que tallara Antonio Castillo Lastrucci ofrece a sus devotos la mano derecha desde el presbiterio alto de la parroquia, donde está elevada en la peana de besamanos y vestida con su manto de salida y con la saya de terciopelo azul con bordados en oro de 1907 de Juan Manuel Rodríguez Ojeda. Estos bordados se llevan exactamente un siglo con la corona que luce la Virgen de la O, que es la que Orfebrería Triana hizo para la Coronación Canónica, de la que el pasado mes de junio se cumplieron quince años.
En el pecherín la dolorosa luce la Medalla de la Ciudad, un broche en forma de flor y un alfiler en el que pone "María de la O". A la altura del vientre tiene una O dorada, mientras que en la mano izquierda sujeta un rosario de filigrana dorada.
Junto a la Virgen vemos dos jarras de su paso de palio con rosas blancas. Las jarras se apoyan en unos nuevos pies de madera policromada de base cuadrada, a juego con los situados detrás, de planta rectangular y en los que hay varios candeleros y bandejas de plata, y con los ubicados más hacia los extremos, aunque de mayor altura, y en los que también hay jarras, flanqueadas por dos parejas de candeleros dorados con cera blanca.
Las paredes del presbiterio y el retablo mayor están cubiertos por unos cortinajes de terciopelo rojo y galones dorados en la parte superior, ante los que hay un dosel del mismo tejido con crestería de madera dorada. Delante vemos un trono con el emblema de la hermandad bordado. Finalmente, en las paredes hay unas pinturas de San Juan Evangelista y de la Sagrada Familia, y del techo cuelgan tres lámparas de cristal de tipo araña, de las que la del centro ha sido cedida por un hermano.
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