Este miércoles ha comenzado el besamanos a Nuestra Señora de los Dolores, de la Hermandad de Santa Cruz, que se extenderá hasta mañana, día de la Inmaculada Concepción. Sobre una pequeña peana plateada, la dolorosa se encuentra ante el retablo del Cristo de las Misericordias, que preside actualmente el altar mayor de la parroquia.
Viste saya de terciopelo burdeos, manto morado y saya de malla, todo ello con bordados en oro, y luce la corona procesional. En el pecherín cuenta con un puñal y una cruz pectoral, además de un alfiler con su advocación, varios broches y una medalla de la hermandad. La dolorosa que tallara Antonio Eslava ofrece a los devotos la mano derecha, en la que sujeta un rosario, mientras que en la izquierda tiene otro con cuentas de mayor tamaño y un pañuelo.
Alrededor de la Virgen de los Dolores vemos varias jarras de su paso de palio con flores blancas. Dos de ellas están sobre sendas columnas de madera dorada con fuste acanalado y otras dos sobre pies de base cuadrada con decoración pictórica de apariencia marmórea. También se han colocado dos candelabros plateados con altas velas blancas sobre columnas doradas, mientras que en la parte frontal, en el suelo, había un gran centro floral.
Al fondo, preside el retablo el simpecado de la cofradía sin el asta de orfebrería, y delante hay cuatro blandones dorados y catorce candeleros, todo ello con cera blanca. Finalmente, ante los candeleros están los dos faroles de entrevarales del palio, ante el simpecado hay dos jarritas de flores y en el lado izquierdo de todo el conjunto se sitúa el estandarte corporativo.
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