Nuestra Señora de Montemayor estuvo ayer expuesta en besamanos con motivo de la festividad de la Inmaculada Concepción. La imagen, colocada sobre una peana de madera dorada y sobre la suya habitual con forma de nube, estaba ante un dosel de terciopelo rojo situado delante del retablo de la hermandad, en la nave de la Epístola de la Iglesia de San Juan de la Palma.
La Virgen de Montemayor se encontraba vestida con su manto rojo con flores de lis bordadas, saya blanca de tisú bordada en oro y una toca de sobremanto de tul con bordados también en oro. El Niño Jesús, por su parte, estaba vestido de color claro. La Virgen tenía extendida la mano derecha, en la que tenía un rosario, mientras que en la izquierda llevaba otro.
Tanto en el pecherín como en la saya, la imagen presentaba diversas joyas y medallas, entre ellas la de la Asociación de Fieles de la Virgen de los Reyes, regalada el año pasado con motivo de su estancia en la Catedral para presidir el Pregón de las Glorias (ver).
Margaritas y lilium de color blanco componían el exorno floral, repartido en dos jarras junto a la Virgen y en tres centros de gran tamaño situados en el suelo. Detrás, a los lados del dosel, se dispusieron dos candelabros plateados con siete velas blancas cada uno.
Finalmente, en los laterales del montaje había dos mesas que sostenían unos pequeños doseles en los que había espejos con artísticos marcos de madera dorada. Y delante, cada dosel tenía dos candelabros plateados de pequeño tamaño, así como las cartelas del paso de la Virgen, realizadas en 2020 por el pintor Pedro López Marcos y por Orfebrería Santa María.
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