En la tarde de este miércoles tuvo lugar la tradicional procesión del Niño Jesús organizada por la Hermandad del Sagrado Corazón de Jesús y los encargados de la catequesis de Primera Comunión de la Parroquia de la Concepción Inmaculada.
Todo comenzó a las seis de la tarde, cuando el párroco, Ángel Sánchez Solís, se dirigió a los niños que iban a formar el cortejo, vestidos de pastores, de ángeles, de reyes magos e incluso de animales, para explicarles el sentido de la Navidad y la importancia del nacimiento de Jesús. Después se abrieron las puertas del templo y comenzó a salir la cofradía, cuyo cortejo encabezaba la cruz de guía entre ciriales. A continuación, iban varias parejas de niños con faroles y después los que, disfrazados, repartían por el camino pegatinas en forma de estrella entre la gente que contemplaba la procesión.
Llevado por cuatro acólitos, salió la imagen del Niño Jesús en unas pequeñas andas de madera dorada iluminadas por cuatro guardabrisas y sobre un monte de flores de Pascua. Y detrás, un estandarte de la hermandad entre faroles y un coro de campanilleros que poco después se situó delante de las andas y que en todo momento estuvo cantando villancicos.
El Niño Jesús salió a la calle Cristo de la Sed y posteriormente giró a la izquierda para tomar Lionel Carvallo, desde la que alcanzó Eduardo Dato. De tanto en tanto se detenían las andas, como igualmente ocurrió poco antes de cruzar dicha avenida, para lo que hubo que esperar a que los agentes de la Policía Local que acompañaban a la cofradía indicasen que la procesión podía continuar.
Cuando pudo seguir, la procesión cruzó Eduardo Dato y, mientras poco a poco anochecía, comenzó a rodear la Gran Plaza sin que en ningún momento dejasen de sonar los villancicos que cantaba el coro de campanilleros, ayudado por una guitarra, un triángulo y la clásica botella de anís.
Hay que señalar que las andas sobre las que iba el Niño Jesús eran las mismas que hace veinte años se utilizaron para portar la corona de la Virgen de los Dolores del Cerro durante la ceremonia de su Coronación Canónica.
Tras rodear la Gran Plaza por la confluencia con las avenidas de Ciudad Jardín y Marqués de Pickman, el Niño Jesús completó el rodeo cruzando la avenida de la Cruz del Campo dispuesto a regresar de nuevo por Lionel Carvallo, pasando antes por una callejuela techada llena de comercios desde los que veían pasar la procesión sus responsables y numerosos clientes.
Desde Lionel Carvallo, el Niño Jesús alcanzó nuevamente la calle Cristo de la Sed cuando era ya casi completamente de noche. En esta calle se paró un par de veces hasta que el cortejo se adentró en la parroquia, momento en que los niños empezaron en su interior a cantar villancicos.
Mientras tanto, las pequeñas andas con la imagen fueron acercándose al templo y, en la misma puerta, los miembros del coro de campanilleros se situaron delante, mirando al Niño, y le cantaron un par de villancicos más antes de entrar definitivamente.
Una vez finalizada la procesión, tuvo lugar el acto de bendición de las imágenes del Niño Jesús que las familias llevaron a la parroquia y que durante estas fiestas navideñas presidirán los nacimientos instalados en las casas de los vecinos del barrio de Nervión.
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