La Iglesia de Santa Catalina acogió este fin de semana el besapié al Santísimo Cristo de la Exaltación, que se presentó a los devotos en el presbiterio bajo, en posición vertical, con las potencias de plata sobredorada con amatistas de Orfebrería Triana. Además, en la cruz estaban los casquetes de salida, realizados también en plata sobredorada por Orfebrería Villarreal.
En la base de la cruz, que estaba cubierta por un paño de terciopelo morado, había varios cordones de borlones del paso de palio de la hermandad. Flanqueaban al crucificado dos altos blandones dorados con cirios de color blanco y algo más atrás se colocaron unas columnas de madera dorada con fuste salomónico. Sobre ellas había unas jarras del paso de palio con rosas y astromelias rojas, flor de retama y flor de cera, especies que también estaban en el suelo, delante de la rampa de acceso y bajada de los devotos para besar los pies del Señor.
Al fondo, ante el retablo mayor del templo, cubierto por un gran cortinaje de damasco morado, se elevaba el altar del quinario celebrado en honor al Cristo, aunque presidido durante el besapié por la Virgen de las Lágrimas, acompañada de San Juan Evangelista y Santa María Magdalena. La dolorosa, sobre su peana de salida, estaba delante de un dosel con un pabellón sobre la gotera y tenía ante sí un gran número de candeleros con cera blanca.
Y sobre la base del altar, donde estaban los antiguos faldones del paso de palio, había un templete con una pequeña talla de San Juan Bautista niño, entre dos de los ángeles mancebos del paso de misterio de la Exaltación, dos jarras, dos bandejas y los ángeles de las esquinas de los respiraderos del palio. Por último, en los laterales había unos candelabros plateados y dos mesas doradas con los otros dos ángeles del misterio entre pequeños candeleros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario