El Cristo del Perdón de la Parroquia de San Marcos salió el pasado sábado para recorrer algunas de las calles del centro histórico; una salida convertida ya en una cita atrayente del otoño cofradiero sevillano a través de la que resulta una cofradía sencilla, pero cargada de buen gusto.
A las cinco y cuarto de la tarde comenzó a salir el cortejo desde la Capilla de los Servitas, con su pequeño paso adornado con rosas y claveles rojos salpicados de cardos, e iluminado con cuatro hachones con cirios color tiniebla. La Agrupación Musical de la Estrella de Dos Hermanas volvió a acompañar al crucificado dando muestras de su buen hacer compatibilizando los sones clásicos con otros más modernos.
Tras salir a la calle Siete Dolores de Nuestra Señora, tomó la calle Socorro para pasar por el convento que fuera su casa antes de la marcha de las religiosas que lo habitaban. Luego salió a San Román y tomó Peñuelas hacia Doña María Coronel.
Aquí encontramos el paso, que andaba a las órdenes de sus capataces, Eduardo Ruiz Sierra y José Ricardo Velasco Álvarez. Una vara terciada en el respiradero frontal y asida a éste por dos crespones recordaba a quien fuera párroco de San Marcos, Alberto Pereda, fallecido este año.
En Doña María Coronel, la Agrupación de la Estrella interpretó "La saeta", que sirvió de banda sonora del giro que el Cristo del Perdón hizo hacia Dueñas. En el inicio de la calle se detuvo y luego tocó el llamador un niño de sólo dos años y diez meses que fue el encargado de realizar la levantá antes de que el paso continuara a los sones de "Cautivo".
En su recorrido por las calles del centro, el Cristo del Perdón visitó algunos conventos, como es el caso del Espíritu Santo, cuyas religiosas comendadoras estaban en la puerta esperándolo. "En tu mirada" fue la marcha procesional que la agrupación nazarena interpretó en este punto, deteniéndose el crucificado bajo el retablo cerámico que caracteriza la portada del convento.
Uno de los capataces le dedicó a las hermanas una levantá pidiéndole al Señor "que les dé mucha fuerza" para continuar con su labor. Una de ellas hizo sonar el llamador y a continuación el paso se dispuso a retomar su recorrido con "Perdona a tu pueblo". Después hubo una chicotá a tambor con la que el paso llegó a la plaza de San Juan de la Palma y se detuvo para un relevo de costaleros y para encender uno de los cirios, que estaba apagado.
El nuevo párroco de San Marcos, Aurelio Cayón, formó parte del cortejo y se le dedicó la siguiente levantá, tocando él mismo el llamador. Antes se dirigió a los costaleros para agradecerles su tarea de llevar sobre sus hombros al Señor.
La agrupación interpretó entonces "Pasión y Amparo", marcha con la que el Cristo del Perdón llegó hasta la altura del retablo cerámico de la Amargura. Ni esta hermandad, ni las otras dos con sede en San Juan de la Palma, estaba en la puerta recibiendo al grupo parroquial de San Marcos, como tampoco lo estaría más adelante la Pastora de Santa Marina en su capilla. Sí lo están, sin embargo, cada vez que una hermandad propiamente dicha pasa ante sus puertas.
Tras una parada, el paso se dirigió a la residencia de ancianos que ocupa la que fue la Casa de los Artistas. Sonó para ello la marcha "Perdón", y el Cristo se volvió ante la puerta, donde estaban sentados algunos de los residentes.
El Cristo del Perdón se marchó hacia la calle Madre María Purísima de la Cruz con la marcha "Rey de Jerusalén" y luego se paró durante algunos minutos antes de tomar la calle Amparo a los sones de "La salve". Posteriormente, volvió a parar, ahora casi en la confluencia de las calles Amparo, Viejos y Don Pedro Niño.
Con una chicotá a tambor siguió el crucificado de San Marcos por la calle Amparo hasta parar poco antes de llegar a la plaza del Pozo Santo. Hubo aquí un relevo de costaleros mientras de nuevo se daba luz a uno de los cirios. Luego un hombre se acercó al paso y uno de los capataces pidió la siguiente levantá por él, un compañero que este año no ha podido formar parte de la cuadrilla y que está esperando un trasplante de médula.
Seguidamente, el paso se levantó, siempre a pulso, y entró en la plaza para encaminarse a la puerta del convento de terciarias franciscanas del Pozo Santo mientras la Agrupación de la Estrella tocaba "Cristo que vuelve". El Cristo del Perdón se paró ante las hermanas, quienes le rezaron cantándole.
Desde ahí, el Santísimo Cristo del Perdón continuó su camino por la Iglesia de la Misericordia, la Encarnación y Alcázares para pasar ante el Convento de las Hermanas de la Cruz. Luego siguió por Espíritu Santo y Castellar, salió a la plaza de San Marcos y rodeó la parroquia para acercarse al Convento de Santa Isabel antes de regresar a la capilla servita en torno a las diez y media de la noche.
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