La Hermandad del Calvario cierra este domingo los cultos en honor a Nuestra Señora de la Presentación con la celebración de su besamanos en el coro bajo de la Parroquia de Santa María Magdalena. Allí recibe hoy a sus devotos la dolorosa de Juan de Astorga, en el centro de un montaje delimitado por una alfombra roja que tiene otra colocada sobre la primera a los pies de la imagen.
Para este besamanos, la Virgen de la Presentación aparece elevada sobre una peana cedida por la Hermandad del Amparo y viste su manto procesional y la saya burdeos, piezas ambas bordadas en oro sobre terciopelo por Juan Manuel Rodríguez Ojeda. Además, lleva la corona de salida, un puñal en el pecherín y sujeta un pañuelo de encaje con la mano izquierda, siendo la derecha la que ofrece a los fieles.
La Virgen está en el centro de un pasillo formado por ocho altos blandones dorados con cera blanca, el mismo color de los cirios que tienen los dieciséis candeleros que la flanquean. También vemos junto a la dolorosa varias jarras de su paso de palio con claveles blancos, aunque las flores que se sitúan en un gran centro ante ella contienen rosas del mismo color y nardos.
Al fondo, un cortinaje de damasco rojo cubre la puerta del templo que da a la calle Cristo del Calvario. Y ante el cortinaje hay una mesa de altar con seis candeleros, dos jarritas y tres sacras. Y a los lados se sitúan dos de los faroles del paso del crucificado, algunos candeleros más y otras dos jarras. Asimismo, sobre sendos pies de base cuadrada hay un par de centros florales, mientras que en el lado izquierdo de todo el conjunto está el estandarte corporativo, y en el derecho el guión concepcionista y el asuncionista.
Finalmente, hay que señalar que en las hornacinas superiores del coro bajo, donde habitualmente hay dos tallas de Pedro Roldán que ahora están en el Museo de Bellas Artes para formar parte de una exposición sobre el escultor, se han colocado más flores como las anteriormente descritas.
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