El pasado día 1 de noviembre, festividad de Todos los Santos, finalizaron los cultos a María Santísima del Rosario de Santa Catalina con su salida procesional por las calles de la feligresía a partir de las seis y media de la tarde. Una salida para la que la Virgen vistió su habitual manto de terciopelo rojo junto a una saya blanca y una toca del mismo color, además de portar sus enseres de orfebrería dorada.
A las órdenes del capataz Emilio Moreno, el paso, concluido desde hace unos años en la fase de talla y pendiente aún del dorado, buscó en primer lugar la zona de San Leandro para luego dirigirse a San Pedro y a Doña María Coronel, donde lo encontramos avanzando a los sones de "La Esperanza de Triana" a cargo de la Banda de Música Ciudad de Dos Hermanas.
Una variedad de flores blancas adornaban el paso de la Virgen del Rosario, que en su serpenteante itinerario se dirigía al antiguo Convento de la Paz para encontrarse con la Hermandad de la Sagrada Mortaja. Para ello, tras una chicotá con la marcha "Cirineo", que fue interrumpida al detenerse el paso casi en la esquina con Bustos Tavera, tomó esta calle con una doble interpretación de "Hiniesta". Con ella llegó hasta los cofrades del Viernes Santo, que la recibieron con su estandarte corporativo en la puerta de su casa.
Los hermanos de la Mortaja rezaron el Ave María ante la Virgen del Rosario, que luego se marchó con "La Madrugá" tras una levantá dedicada a la hermandad que cierra la jornada del Viernes Santo y a su junta de gobierno. Con la conocida marcha de Abel Moreno, el paso llegó hasta la plaza de los Terceros. Allí, Emilio Moreno quiso hacer una levantá por su amigo José Zambrano, que ha sido el capataz encargado este año de sacar a Madre de Dios del Rosario en su salida procesional del pasado 12 de octubre.
La Banda Ciudad de Dos Hermanas tocó después "Caridad de Guadalquivir" mientras el paso de la Virgen del Rosario rodeaba la plaza de los Terceros y alcanzaba el inicio de la calle Sol. Y después de un relevo de costaleros, se plantó en la puerta de la Hermandad de la Cena con "Pasa la Virgen Macarena".
Los cofrades de la Cena rezaron el Ave María y el Gloria antes de que el paso comenzara a alejarse de la Iglesia de los Terceros a los sones de "La sangre y la gloria". Luego se produjo una chicotá a tambor seguida de otra con la marcha "Como tú, ninguna", llegando con ella a la plaza de San Román.
Las puertas del templo estaban abiertas y a ellas, sorteando algún pivote, se acercó la Virgen del Rosario mientras sonaba la marcha "Reina de San Román". Hay que recordar los muchos años en que las corporaciones de gloria que residen en Santa Catalina tuvieron que salir de San Román por el cierre de su casa.
Y de "Reina de San Román" a "Reinas de Santa Catalina", que fue la marcha que la Banda Ciudad de Dos Hermanas interpretó para que la Virgen del Rosario continuara su camino, ahora por la calle Matahacas. A esta primera chicotá en ella le siguió otra a tambor con el paso ganando metros decididamente, dado que la cofradía arrastraba ya un cierto retraso.
Por ello, también fue larga la siguiente chicotá, que desde Matahacas condujo a la Virgen del Rosario por la Puerta Osario y hasta la calle Jáuregui, todo ello mientras los músicos interpretaban una particular versión de "La saeta". "Vamos a alargar el paso, que vamos tarde", advirtió el capataz a sus costaleros antes de afrontar una chicotá a tambor que llevó el paso hasta la plaza Padre Jerónimo de Córdoba, donde sonó luego "Al cielo con Ella" mientras el paso rodeaba la plaza y se detenía después casi en Ponce de León para un relevo.
La procesión estaba llegando a su fin y el paso de la Virgen del Rosario se levantó y tomó la plaza Ponce de León con la marcha "Siempre la Esperanza", tras la que continuó avanzando a tambor antes de pararse para luego girar rodeando Santa Catalina con "Coronación".
Poco después sonó "Callejuela de la O" al tomar el paso la pequeña calle que recibe el nombre del templo, enlazándose la marcha de Paco Lola con "Encarnación Coronada" mientras giraba ante la puerta, deteniéndose después la Virgen ya dándole la espalda a su casa.
La última levantá del paso en la calle se hizo a pulso y se dedicó a la propia Hermandad del Carmen y Rosario de Santa Catalina. Luego, la Virgen entró en la iglesia y la Banda de Música Ciudad de Dos Hermanas cerró su participación tocando el Himno de España cuando pasaban dos minutos de las once de la noche.
Con media hora de retraso sobre el horario previsto terminó recogiéndose la cofradía. Una vez dentro, y con el paso situado entre la puerta por la que acababa de entrar y la propia capilla de la Virgen del Rosario, se cantó la Salve y se oró por los hermanos difuntos de la corporación. Las últimas indicaciones fueron para los costaleros, informándoles del día y la hora de la mudá del paso.
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