Desde el pasado viernes y hasta mañana, festividad de la Expectación de la Virgen, la dolorosa de la O se encuentra expuesta en devoto besamanos en el altar de su parroquia, donde podemos comprobar el resultado de la recuperación de unos antiguos bordados de las Hermanas Antúnez (1891) que en su día formaron parte de una túnica de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
Estos bordados, que posteriormente pasaron a integrar un conjunto de manto y saya de color negro de la Virgen, han sido restaurados por Carla Elena Meléndez, del taller de Sucesores de Caro, quien los ha pasado a nuevo soporte. Así, los del manto están ahora sobre raso morado, y los de la saya han pasado a un soporte blanco, dando lugar a un nuevo conjunto para la dolorosa que es en realidad una histórica recuperación de los bordados más antiguos que conserva la Hermandad de la O.
La Virgen lleva en este besamanos su corona de oro de Orfebrería Triana (2007) y el llamado fajín sacramental. En el pecherín tiene la Medalla de la Ciudad con una perla sobre el lazo, un alfiler donde se puede leer "María de la O", el broche conocido como la libélula y una pequeña reproducción en oro de la vara de mayordomo de la hermandad, que fue de Antonio Martín Alborch, padre de José Martín Cartaya, hermano número uno de la corporación fallecido el pasado miércoles.
La Virgen de la O, que está elevada sobre su peana de besamanos de plata, ofrece a los devotos la mano derecha para que depositen en ella su beso, y con la izquierda sostiene un rosario. Junto a ella hay dos candelabros de plata con cinco velas blancas cada uno situados sobre sendos pies de madera de base cuadrada.
Un cortinaje de terciopelo rojo cubre el retablo mayor de la parroquia y las paredes laterales del presbiterio. Ante él vemos un dosel también rojo con crestería de madera dorada y diversos borlones colgando de la gotera, y en los laterales hay unas pinturas de San Fernando, por el DCCLXXV aniversario de su entrada en Sevilla, de San Millán, de quien el rey santo fue un gran devoto, de la Sagrada Familia y de la visión profética de San Juan con la Virgen como "mujer vestida de sol".
Junto al dosel hay dos mesas de madera dorada; en cada una de ellas hay cuatro candeleros, dos jarras y dos bandejas, además de estar flanqueadas por unos candeleros dorados de mayor tamaño. Y detrás de las mesas hay unos altos pies con columnas que elevan sendos candelabros.
Finalmente, hay que mencionar que en los lados de todo el montaje, delante de las columnas de arranque del arco toral del templo, hay unos pequeños doseles ante los que consta la indulgencia plenaria concedida a la actual parroquia por el Papa Clemente XIII. Y vemos también aquí dos parejas de candeleros, cuatro jarritas y varias bandejas de plata, mientras que de los ángeles lampadarios de los lados del presbiterio cuelgan unas lámparas de araña de cristal.
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