La Hermandad de la Quinta Angustia está celebrando esta semana en la Parroquia de Santa María Magdalena el solemne quinario en honor al misterio del Sagrado Descendimiento. Para ello, la noche del pasado viernes fue trasladado el conjunto escultórico al completo desde la Capilla del Dulce Nombre de Jesús hasta el altar mayor, dando lugar a un soberbio conjunto efímero que conforman el misterio de Pedro Roldán y la dolorosa de Vicente Rodríguez-Caso con el impresionante retablo situado detrás.
Sobre una alta estructura de madera y esqueleto metálico se alza el grupo escultórico tal y como está habitualmente en su capilla y como sale cada Jueves Santo a las calles. Además, las imágenes visten como lo hacen en la estación de penitencia.
El altar está iluminado por un total de cincuenta y dos velas blancas repartidas en candeleros de plata y de madera dorada, seis de ellos en la parte de atrás y el resto delante a diferentes alturas. Abajo, en el centro, se encuentra el sagrario de la parroquia, que acaba de regresar después de la completa labor de restauración a la que ha sido sometido.
Por otra parte, el exorno floral se compone de claveles rojos de un tono oscuro que se distribuyen en un friso ante el misterio, en cuatro jarras y en dos centros ubicados a los pies de los ángeles mancebos portando faroles que se sitúan en los extremos del conjunto.
Finalmente, hay que subrayar la presencia en el presbiterio bajo de seis altos blandones dorados y de cuatro de los ciriales que anteceden el Jueves Santo al único paso de la hermandad, todos ellos con cirios de color azul con el emblema de la hermandad, como también lo tienen los cirios blancos del altar.
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