La Hermandad de los Negritos parece decidida a que los devotos no vuelvan a besar a sus imágenes titulares, ya que por alguna razón que nadie comprende, el Santísimo Cristo de la Fundación se encuentra este fin de semana presidiendo un montaje que simula ser un besapié, pero que no es tal y, por tanto, no es ningún culto concreto el que está celebrando estos días la corporación.
Sobre la peana procesional de la Virgen de los Ángeles vemos al crucificado en posición vertical, en un monte de diversas flores, como claveles, lirios, calas y otras especies, además algunos verdes. Dos faroles flanquean al Cristo colocados en el suelo del presbiterio de la capilla de la calle Recaredo, sobre sendos pies de base cuadrada forrados en color azul.
Y más hacia los extremos hay dos jarras del paso de palio con las mismas flores ya referidas, como también vemos en otras dos jarras detrás y en tres centros ubicados delante de todo el conjunto, en el centro, y al fondo, en los laterales.
Y también detrás del crucificado, ante el cortinaje azul oscuro que cubre el camarín de la dolorosa, se ubican hasta dieciocho candeleros repartidos en grupos de tres. Los candeleros tienen cirios color tiniebla, la misma tonalidad de las velas situadas en los faroles antes mencionados.
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