Este fin de semana se ha celebrado en la Parroquia de San Lorenzo el besamanos a María Santísima en su Soledad, que se ha presentado en el interior de su capilla sobre una peana de madera dorada y policromada. En este culto tenía puesto su manto de salida, que ha sido restaurado por Cyrta y que fue bordado por Josefa Antúnez en torno a 1867.
Además, lucía la saya de terciopelo negro bordada en oro por Sobrinos de Caro en 1970, un tocado de encaje dorado y la diadema procesional. En el pecherín llevaba un puñal y en la mano izquierda un pañuelo, mientras que la derecha la ofrecía a los devotos.
Detrás, el retablo estaba cubierto por un cortinaje oscuro que combinaba el terciopelo y el damasco, y ante él se alzaba la cruz de guía de la Hermandad de la Soledad de Alcalá del Río. Junto a ella se podían ver dos candelabros de plata con cinco velas cada uno y doce candeleros, todo ello con cera de color blanco.
Además, veíamos dos jarras con diversas flores blancas y dos faroles de plata en los laterales. Delante, dos pequeñas imágenes de San Pascual Bailón y San Benito que habitualmente están en el retablo junto a la Soledad. Y ante cada santo se ubicaban ocho candeleros más. El montaje se completaba con otras dos jarras y un gran centro con las mismas flores mencionadas.
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