miércoles, 25 de septiembre de 2024

LA VIRGEN DE CONSOLACIÓN DE LA SED RECORRIÓ LAS CALLES DE NERVIÓN


Santa María de Consolación Madre de la Iglesia, de la Hermandad de la Sed, salió en la mañana del pasado domingo por las calles del barrio de Nervión durante el rezo del Santo Rosario. Tras la misa de las nueve de la mañana comenzó este culto externo para el que la dolorosa fue llevada en andas, iluminadas por seis candeleros con cera blanca y adornadas con rosas blancas y nardos.
La dolorosa vestía saya azul y manto burdeos confeccionados por el taller de bordados de la propia hermandad, y fajín rojo con borlones dorados. En la cabeza llevaba la diadema de Orfebrería Hermanos de los Ríos y en la mano izquierda el barquito labrado por Fernando Marmolejo. 
Por otro lado, en el pecherín tenía un puñal, la réplica de la cruz pectoral del Cardenal Bueno Monreal, un alfiler con su advocación y la insignia de oro de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. Por otro lado, en la mano derecha llevaba un pañuelo de encaje y un rosario de cuentas blancas.






















El momento más destacado del itinerario estuvo en la calle Valeriano Bécquer, donde se encuentra la primera casa hermandad de la corporación. El tramo inicial de la calle estaba perfectamente engalanado con banderolas celestes y blancas, fotografías de los dos titulares de la hermandad y colgaduras, una al principio y otra al final, en las que se podía leer "Mater Ecclesiae" y "Consolatrix Afflictorum".
Desde la propia casa hermandad y desde otras viviendas se lanzaron varias petaladas sobre la dolorosa, que además se volvió ante una casa donde estaba Paquita, una hermana de avanzada edad que ha trabajado mucho por la cofradía durante muchos años. A ella el capataz, Ricardo Almansa, le quiso dedicar una levantá deseando volver a verla en este mismo punto en el rosario del año que viene. Después, con otra petalada, la Virgen de Consolación continuó su camino.



















Desde aquí, la dolorosa que tallara Antonio Joaquín Dubé de Luque siguió el recorrido, acompañada en todo momento por el Coro de Campanilleros de Bormujos, que con sus cánticos contribuyó a enfatizar el carácter de fiesta del barrio que tuvo para Nervión y para los cofrades de la Sed esta jornada dominical.






















Finalmente, la Virgen de Consolación regresó a la parroquia pasadas las doce de la mañana, después de prácticamente dos horas y media de recorrido por el barrio.

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