El pasado fin de semana tuvo lugar el besamanos a Nuestra Señora de los Dolores, de la Hermandad de San José Obrero, que lució dos piezas nuevas para su ajuar. Fueron la cotilla bordada en oro con diseño de José María Carrasco y unos puños de encaje realizados por María Jesús Mantero Mariscal, hermana de la corporación.
Además, tenía un manto azul con bordados en oro y la saya de tisú de plata bordada en oro por el taller de la hermandad y diseñada por José Carlos Arcos de la Rosa. Sobre la cabeza, la diadema de Orfebrería Fernández, y en el pecherín diversos broches como el corazón y los siete puñales de Miguel Ángel Alonso (2018), la vara de azucenas de San José Obrero, el escudo de la hermandad, una medalla de la Virgen de los Reyes y un alfiler con el lema "#yomecuro". En la mano derecha, la que ofrecía a los devotos, tenía un rosario, y en la izquierda otro más, así como la sierra de San José Obrero.
La Virgen de los Dolores se encontraba elevada sobre una fina peana plateada cedida por la Hermandad de Torreblanca y en medio de una gran alfombra. Y junto a la dolorosa podíamos ver cuatro jarras de su paso de palio sobre sendos pies de base cuadrada con decoración pictórica. Las jarras contaban con lisianthus blancos y rosas de color rosa.
Detrás, ante un cortinaje de damasco rojo, se encontraba el techo de su palio, dos de los varales y uno de los respiraderos laterales, así como un cortinaje azul que en los extremos era sostenido por dos tallas de ángeles pertenecientes a la Parroquia de San Isidro Labrador. Finalmente, se ubicaron también diez candeleros, cinco a cada lado, con cera blanca y dos jarritas con flores de talco.
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