La Parroquia de San Andrés acogió entre el pasado viernes y ayer, sábado, el besamanos a la Virgen de Araceli coincidiendo con el LXXX aniversario de la bendición de la imagen. Por este motivo, se encontraba en el presbiterio alto, sobre una peana de plata y vestida con el conjunto de manto y saya de color blanco bordado en oro. El Niño, por su parte, contaba con el traje realizado en los años cuarenta a juego con la saya descrita.
La Virgen llevaba la corona de salida, rostrillo, ráfaga y media luna de plata. Además, tenía un fajín púrpura del que pendían varias medallas, entre ellas la de la Asociación de Fieles de la Virgen de los Reyes. Por otra parte, sujetaba un rosario con la mano derecha, la que daba a besar, mientras que el Niño sostenía otro.
Alrededor de la Virgen se podían ver seis jarras de su paso y dos candelabros, colocados sobre sendos pies de base cuadrada de madera dorada de diferentes alturas. Asimismo, en los extremos se ubicaron dos columnas de cerámica con pequeñas ensaladeras. En ellas y en las jarras antes mencionadas, así como en otras más pequeñas ubicadas al fondo, y en un centro sobre el primer escalón del presbiterio, se repartía el exorno floral, compuesto de rosas, paniculata, hypericum y ficus.
Por último, hay que indicar que detrás se podían ver más candelabros, unas sacras, cuatro blandones y varios candeleros, mientras que en el lado izquierdo del conjunto estaba el estandarte corporativo, y en el derecho la cruz alzada. Y ante el presbiterio, cuatro altos blandones dorados.
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