miércoles, 7 de marzo de 2012

DOMINGO CASI DE RAMOS


La mañana del pasado domingo tuvo lugar el multitudinario regreso de Nuestro Padre Jesús de las Penas y María Santísima de la Estrella desde la Parroquia de Santa Ana hasta la Capilla de la calle San Jacinto, una vez finalizado el quinario anual de la hermandad. Hablar del sol radiante y el cielo azul o hacer mención a la ingente cantidad de hermanos y devotos que atestaban las calles, quizá demasiado estrechas vista la expectación generada, sería caer en el tópico, pero no por ello todo lo anterior dejaba de ser absolutamente cierto.
El campanario de la 'Catedral' trianera marcaba las doce en punto cuando el cortejo, encabezado por cruz alzada y ciriales, se ponía en marcha. Posteriormente, aparecían por la puerta principal las andas del Cristo de las Penas, que lucía las nuevas potencias de plata donadas por una hermana y bendecidas el pasado mes de febrero.
Poco después asomaba la Virgen de la Estrella. Vestía el manto azul bordado en oro confeccionado por Fernández y Enríquez en 2007 y la saya de las Hermanas Antúnez de 1898, y llevaba la corona de plata sobredorada realizada en 1956 por el orfebre Jesús Domínguez.
La Banda de Nuestra Señora de la Oliva de Salteras fue la encargada de poner la música a esta especie de anticipo del Domingo de Ramos que desde la Plaza de la Sacra Familia recorrió las calles Pelay Correa y Rodrigo de Triana hasta salir a San Jacinto y regresar a la capilla. Entre las marchas que pudieron escucharse se encontraron "Jesús de las Penas, una oración", "Estrella Sublime", "Corona de Estrellas", "A ti Manué" o "Salve Estrella". Esta última, con la que entró la Virgen en el templo, fue cantada por los hermanos y devotos en la calle.






























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