lunes, 9 de noviembre de 2015
LA SIEMPRE MELANCÓLICA SALIDA PROCESIONAL DE LA VIRGEN DEL AMPARO
Nuestra Señora del Amparo recorrió ayer las calles de la feligresía de la Magdalena en lo que, junto a la Reina de Todos los Santos, se considera el melancólico epílogo del calendario de las Glorias, con permiso de la Pura y Limpia del Postigo y la Virgen del Rocío del Salvador.
Un enorme gentío acompañó a la Virgen del Amparo durante todo el itinerario de cerca de cuatro horas de duración, y que se inició algunos minutos antes de las seis menos cuarto de la tarde, cuando se abrió la puerta de la Parroquia de la Magdalena que da a la calle Cristo del Calvario. La balconada de la doble espadaña del templo estaba adornada con banderas y colgaduras.
La cruz de guía entre faroles inició el cortejo, seguida de niños con cirios, el enorme simpecado rodeado de los cuatro característicos faroles con forma de estrella de la hermandad y las representaciones de las hermandades del Carmen del Santo Ángel, el Calvario, Montserrat, la Quinta Angustia y la Sacramental de la Magdalena.
Seguía el libro de reglas, el estandarte corporativo de la Hermandad del Amparo, la presidencia y el cuerpo de acólitos.
Mientras las campanas repicaban, el paso de la Virgen del Amparo, guiado por Ismael Vargas y sus auxiliares, fue saliendo a la calle Cristo del Calvario, momento en que la Banda de Música María Santísima de la Victoria, de las Cigarreras, interpretó el Himno Nacional, seguido de la marcha "Amparo".
Con ella, el paso fue girando hacia la derecha, al lado contrario al que hasta hace unos años era habitual en el recorrido de la cofradía. Posteriormente, sonó "Al Amparo de María" y, más adelante, "La Estrella Sublime", que fue interpretada en dos ocasiones.
Desde la calle Canalejas, la Virgen del Amparo, vestida con el manto de salida bordado en 1851 por Manuel María Ariza, tomó a continuación la calle Bailén, donde la gran cantidad de personas que acompañaba al paso se hizo más evidente.
La Banda de las Cigarreras comenzó a tocar "Virgen del Valle" cuando, desde debajo del paso, los costaleros avisaron a Ismael Vargas de que un compañero parecía indispuesto. El capataz dijo "que salga" y mandó parar el paso, pero sin posarlo en el suelo, momento en que dicho costalero salió con evidentes signos de mareo. A continuación, el paso siguió su camino con un costalero menos hasta que pudo entrar otro.
Más adelante, el repertorio, de corte principalmente clásico, que sonó tras la Virgen del Amparo continuó con "Cristo en la Alcazaba" en el giro de Bailén a San Pedro Mártir. Después, cuando el capataz fue a llamar, antes de dar el golpe definitivo de martillo, los costaleros levantaron levemente el paso, por lo que gritó "fuera" y volvió a llamar pidiendo que la levantá se realizara "sin ventaja".
A continuación, la banda interpretó "María Santísima del Subterráneo", seguida después por "Amor y Socorro" en la revirá a Gravina, donde un grupo de mujeres le cantaron a la Virgen del Amparo.
Aún en Gravina daría tiempo para otras dos marchas, "Valle de Sevilla" y "Amarguras", antes de que el paso se encaminara hacia el Museo por la calle Pedro del Toro.
Como hace cada año, la Virgen del Amparo fue a presentarse ante la Hermandad del Museo, que la recibió en su propia capilla. Después, por Rafael Calvo, San Roque y San Eloy tomó el primer tramo de Bailén y de ahí salió a la calle San Pablo.
Con la marcha "Aquella Virgen", el paso giró para pasar por la acera situada ante la Parroquia de la Magdalena. Acto seguido, la Banda de las Cigarreras tocó "Virgen del Amparo" y, tras una breve parada, el paso se paró ante la Capilla de Montserrat, donde se cantó la "Salve Regina".
Ya en la calle Cristo del Calvario, en los últimos metros de la salida procesional, la Virgen del Amparo se fue alejando de la Capilla de Montserrat a los sones precisamente de la marcha "Virgen de Montserrat".
Posteriormente, tras detenerse la Virgen ante la puerta de la Magdalena, la banda comenzó a tocar la bellísima composición, muy de moda últimamente, "Bajo tu Amparo". Con ella, el paso giró para encarar la puerta. Después de una primera interpretación de esta marcha, la banda comenzó a tocarla por segunda vez y las campanas del templo empezaron de nuevo a repicar.
Finalmente, la Virgen del Amparo entró en la iglesia del desaparecido convento dominico de San Pablo y la banda interrumpió "Bajo tu Amparo" para interpretar el Himno de España.
Eran las nueve y media de la noche cuando la Virgen se perdía en el interior de la Magdalena, recorriendo a continuación toda la nave central del templo, desde el bajo coro hasta el presbiterio. Así se puso fin a la salida procesional, siempre melancólica, de la preciosa talla de la Virgen del Amparo de la Magdalena.
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