domingo, 9 de diciembre de 2018
INMACULADA 2018: MONTEMAYOR
La Hermandad Filial de Nuestra Señora de Montemayor celebró ayer en la Iglesia de San Juan de la Palma el besamanos a su imagen titular en la jornada de la Inmaculada Concepción. Para ello, la Virgen, que estrenaba pestañas, fue colocada a los pies de su retablo, situado en la nave de la Epístola del templo y cubierto ayer tras un sencillo dosel de damasco rojo que enmarcaba el conjunto.
Vestía para la ocasión un manto celeste de brocado combinado con una saya de tisú blanca con bordados en oro y una toca de tul. Portaba su corona procesional, la ráfaga y la media luna, y estaba elevada sobre su habitual peana, colocada a su vez sobre una estructura cubierta de damasco rojo con galones dorados.
Tenía diferentes joyas, como una cruz pectoral y algunos broches, entre ellos uno con el escudo de Moguer, localidad onubense de la que la Virgen de Montemayor es su Patrona. Por otra parte, sujetaba con la mano derecha, la que ofrecía a los devotos, un rosario, mientras que el Niño Jesús, vestido de blanco, tenía otro de llamativas cuentas de color rojo.
Flanqueando a la imagen veíamos dos pequeñas tallas de ángeles. El de la izquierda sujetaba unas filacterias promoviendo la donación de órganos en las que se leía "Hazte donante" y "Dona vida", y el de la derecha tenía un rosario. En los extremos había unos candelabros plateados con cinco velas blancas cada uno ubicados sobre sendas columnas de madera dorada con fuste salomónico.
Detrás estaban las cuatro jarras del paso de la Divina Pastora de San Antonio con flores de talco. Dos de ellas se encontraban más elevadas gracias a unos pies de base cuadrada y de terciopelo rojo algo más altos que los de los ángeles.
El montaje del altar de este besamanos a la Virgen de Montemayor se completaba con la presencia de tres grandes centros de flores blancas (claveles, astromelias y rosas de pitiminí) colocados en el suelo, y el estandarte corporativo en el lado derecho.
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