La Parroquia de San Andrés acoge durante todo el día de hoy, festividad de la Inmaculada Concepción, el besamanos anual a Nuestra Señora de las Penas, de la Hermandad de Santa Marta, que se encuentra en el presbiterio alto del templo, sobre una sencilla peana de madera dorada y vestida con el manto azul bordado en oro por el Taller Santa Bárbara hace dos años. Combina este manto con la saya de color burdeos de José Ramón Paleteiro, también bordada en oro.
La dolorosa de Sebastián Santos luce corona por segundo año consecutivo y las únicas joyas que lleva son un alfiler con su advocación y otro con el escudo de la hermandad. Por último, porta un rosario en la mano izquierda, siendo la derecha la que ofrece a los devotos.
Alrededor de la Virgen de las Penas se sitúan dos candelabros plateados y un total de seis jarras con rosas blancas, las mismas flores que vemos en un gran centro a los pies de la imagen. Los dos candelabros y cuatro de las jarras se encuentran sobre sendos pies de base cuadrada de madera dorada y decoración pictórica.
Detrás se sitúan cuatro altos blandones con cirios blancos y al fondo, ante la talla de la Inmaculada que preside el retablo mayor de San Andrés, se han colocado un buen número de candeleros con cera blanca, un manifestador con una talla del Niño Jesús, cuatro pequeñas jarras con rosas, dos faroles plateados, el simpecado de la hermandad y la bandera concepcionista, insignias ambas que forman parte del cortejo de la cofradía cada Lunes Santo.
Con motivo del besamanos a la Virgen de las Penas, su lugar de culto habitual junto Santísimo Cristo de la Caridad y casi todas las imágenes que conforman el paso de misterio lo ocupa la imagen de Santa Marta.
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