jueves, 28 de febrero de 2019
JEREZ: EL GRUPO JOVEN DE HUMILDAD Y PACIENCIA PRESENTA UN CURIOSO CARTEL
El grupo joven de la Hermandad de Humildad y Paciencia de Jerez ha editado un llamativo cartel anunciador de la próxima estación de penitencia de la cofradía. Se trata de una fotografía realizada por Miguel Guerrero en la que vemos a un nazareno en la puerta de la Iglesia de la Santísima Trinidad.
El nazareno, vestido con la túnica blanca con la cruz trinitaria en el escapulario, está tras la puerta entreabierta del templo recibiendo a los hermanos que junto a él van a integrar el cortejo de la cofradía durante la estación de penitencia.
La sencilla rotulación del cartel se sitúa en el lado izquierdo, escrita en vertical, y pone en letras blancas "Martes Santo 2019", con el escudo de la hermandad en la parte inferior y el nombre del autor de la foto, captada poco antes de la salida.
martes, 26 de febrero de 2019
EL CRISTO DE LAS TRES CAÍDAS FUE EN VÍA CRUCIS A SANTA ANA PARA SUS CULTOS
El Santísimo Cristo de las Tres Caídas fue trasladado anoche a la Parroquia de Santa Ana para la celebración del quinario en su honor. Durante el traslado, como es habitual, se rezó el vía crucis con las diferentes estaciones marcadas por cruces de penitentes cedidas por la Hermandad de la O.
Sobre sus andas, iluminadas en esta ocasión por cuatro candelabros de guardabrisas, el Señor cerraba un cortejo encabezado por una cruz alzada entre ciriales, a la que seguían varias parejas de hermanos con cirios rojos y el cuerpo de acólitos con cuatro ciriales. El exorno floral de las andas se componía de claveles rojos salpicados de estátice morado.
El Cristo de las Tres Caídas vestía la túnica de terciopelo burdeos bordada en oro y estrenada en 2008 que reproduce en su diseño una antigua de Juan Manuel Rodríguez Ojeda que tuvo la hermandad. Asimismo, lucía sus potencias de salida.
Cuando el Señor abandonó la Capilla de los Marineros, giró a su derecha e inmediatamente se detuvo para el rezo de la primera de las estaciones del vía crucis. Las siguientes dos estaciones se rezaron también en la calle Pureza, que se encontraba repleta de devotos. La tercera se situó en la misma esquina con la calle Rocío, por la que se internó el Cristo de las Tres Caídas en el itinerario diseñado este año.
El Cristo de las Tres Caídas siguió su camino por las calles Flota y Rodrigo de Triana, tomando a continuación su propia calle, la antigua Bernal Vidal, en dirección a Pelay Correa. A lo largo del recorrido, los hermanos se iban turnando para llevarlo sobre sus hombros.
Finalmente, en torno a las nueve y media de la noche, alrededor de hora y media después de la salida, el Cristo de las Tres Caídas alcanzó la Plazuela de Santa Ana, donde antes de entrar en el templo tuvo lugar el rezo de la undécima estación, para acto seguido, ya dentro de la 'catedral' trianera, rezar la duodécima.
Con todas las cruces que habían marcado las estaciones colocadas tras las andas, el Cristo recorrió las naves de Santa Ana para el rezo de las dos últimas estaciones, completándose así el vía crucis y con éste el traslado del Cristo caído de Triana, que inicia de esta manera los cultos con los que la Hermandad de la Esperanza de Triana encara ya la Cuaresma a poco más de una semana de su inicio.
lunes, 25 de febrero de 2019
EL SEÑOR DE LA SALUD DE LA CANDELARIA, EXPUESTO EN BESAPIÉ EN SAN NICOLÁS
Después del vía crucis de la noche del pasado viernes (ver), Nuestro Padre Jesús de la Salud, de la Hermandad de la Candelaria, estuvo expuesto en besapié durante el fin de semana en el presbiterio de la Iglesia de San Nicolás, rodeado por las flores que llevó sobre sus andas en el vía crucis, algunas de ellas dispuestas en un total de cuatro jarras del paso de palio de la Virgen de la Candelaria, y otras colocadas a modo de friso junto a la imagen.
El Señor de la Salud, que lucía las potencias de salida, se encontraba ante el dosel de cultos de esta hermandad del Martes Santo, elevado sobre la peana procesional de la dolorosa y entre dos columnas de madera dorada de base cuadrada que sostenían dos de las jarras antes descritas. Detrás, entre el Señor y el dosel, veíamos dos blandones de plata con cirios de color blanco, mientras que otros dos estaban delante.
Las barandillas que a izquierda y derecha separan el presbiterio alto del resto del templo estaban cubiertas por telas de damasco rojo con adornos de encaje dorado. Finalmente, el retablo mayor de San Nicolás estaba oculto tras un alto cortinaje también de damasco rojo.