La procesión de María Auxiliadora, del Colegio de las Salesianas de la calle San Vicente, recuperó este viernes su fecha tradicional, coincidiendo con el día de su festividad. El año pasado esta salida se retrasó al día 25 para coincidir con el viernes, pero siendo este año precisamente ese día de la semana el 24 de mayo, la procesión y su festividad volvieron a coincidir.
La salida desde la Parroquia de San Lorenzo, donde cada año tienen lugar los cultos en su honor, se produjo a las siete de la tarde y, como novedad, fue abriendo paso al cortejo la Banda de Cornetas y Tambores Jesús Nazareno, que sustituía a la Centuria Macarena Juvenil, seguida de una cruz alzada entre ciriales. A continuación, iban los alumnos del colegio, tanto los actuales, entre ellos los que este año han hecho la Primera Comunión, como antiguos alumnos y colaboradores. Finalmente, iban el estandarte de María Auxiliadora y los acólitos vestidos con dalmáticas celestes y portando cuatro ciriales.
Al salir de San Lorenzo, María Auxiliadora se dirigió a la calle Juan Rabadán para girar enseguida a Martínez Montañés. Luego tomó Pascual de Gayangos para salir a Teodosio. En esta revirá nos encontramos con el paso mientras la Banda de Música Virgen de las Angustias, de Sanlúcar la Mayor, tocaba la marcha "Rocío".
Luismi Fajardo comandaba el paso, que tras una chicotá a tambor se detuvo para un relevo de costaleros. Este año el exorno floral combinaba los colores blanco y malva de variadas especies como margaritas, astromelias o rosas de pitiminí. Hay que destacar que ha sido el segundo año en que María Auxiliadora ha salido a la calle sobre la peana de madera dorada estrenada en 2023.
Tras el relevo bajo las trabajaderas, uno de los capataces auxiliares quiso dedicar una levantá a su sobrina, antigua alumna de las Salesianas, que fue además la encargada de hacer sonar el llamador. Siguió otra chicotá a tambor que llegó hasta el número 58 de Teodosio, donde se puede ver un retablo cerámico de San José con el Niño.
María Auxiliadora fue avanzando por Teodosio con varias chicotás de breve duración. Y no hubo lugar a la interpretación de bastantes marchas. De hecho, sonó "La Esperanza de Triana" y luego siguieron tres chicotás a tambor casi hasta la confluencia con la calle Santa Ana, a la que giró después a los sones de "La Gitana".
En Santa Ana hubo un nuevo relevo de costaleros, al que siguió la interpretación de la marcha "A ti, Manué" mientras el paso giraba a la izquierda en la calle Santa Clara. Seguidamente, el paso se detuvo y a continuación hubo una brevísima chicotá a tambor buscando que la marcha preparada para después coincidiera con la intensa petalada que se iba a lanzar desde un balcón perfectamente decorado para la ocasión.
Esta marcha fue "Coronación", y con ella el paso no sólo discurrió bajo el balcón de la petalada, sino que alcanzó a girar hacia la puerta del Convento de María Reparadora, cuyas religiosas cantaron el Himno a María Auxiliadora.
Luismi Fajardo dedicó a las madres reparadoras la levantá ante su puerta, pidiéndole a la Virgen salud para todas ellas, "para que el año que viene estén con la misma sonrisa". Tras la levantá, María Auxiliadora se alejó con la marcha "Candelaria", y luego, más adelante, fue el turno de "Virgen de los Negritos" al girar a la calle Guadalquivir.
Un nuevo relevo de costaleros nada más avanzar unos metros en esta calle dio lugar a una chicotá a los sones de "Alma de la Trinidad" mientras la luz de la tarde iba cayendo y daba paso a la noche. Poco después, sonó la marcha "Esperanza de vida" en la revirá a la calle San Vicente.
Hubo una chicotá a tambor antes de otra con la marcha "Nuestra Señora de Guadalupe", llegando con ella a la puerta de las Mercedarias, que rezaron la Salve y ofrecieron un ramo de flores a María Auxiliadora. En este proceso, el encargado de la caña se afanó en encender los candelabros de guardabrisas.
Las religiosas lanzaron varios vivas a la Virgen, que se marchó por la calle San Vicente mientras la Banda de las Angustias de Sanlúcar la Mayor interpretaba la marcha "Aniversario Macareno". A partir de este punto, María Auxiliadora siguió por la calle San Vicente, pasó ante la puerta del templo del antiguo Convento de San Antonio de Padua y buscó la entrada en su colegio por las calles Curtidurías, Cristo del Buen Fin y Narciso Bonaplata.
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