sábado, 18 de mayo de 2024

UN NUEVO RAMILLETE DE FLORES DE ORO Y NÁCAR EN LA SALIDA DE LA ALEGRÍA


Nuestra Señora María Santísima de la Alegría salió el pasado domingo a las calles de la antigua judería en su anual procesión gloriosa del mes de mayo; una procesión en la que la Virgen estrenó algunos enseres en su vestimenta y en su iconografía característica.
Las puertas de la Parroquia de San Bartolomé se abrieron a las siete y cuarto de la tarde, momento en que se puso en camino el cortejo compuesto por la cruz alzada entre faroles, algunos niños con cirios, el simpecado también entre faroles, cuatro en este caso, el libro de reglas, recientemente restaurado por Orfebrería Ramos, la representación de la Hermandad de la Luz de San Esteban, el estandarte corporativo y los acólitos con cuatro ciriales.






Siguiendo el itinerario de cada año, la Virgen de la Alegría salió de San Bartolomé y buscó la calle que lleva su nombre hacia la plaza de las Mercedarias, para posteriormente tomar la estrechez de Vidrio y salir a la calle San Esteban, ante cuyo templo se presentó volviéndose hacia la ojiva dentada de este templo mudéjar.
Después se encaminó hacia la plaza de Pilatos, a la que llegó a los sones de la marcha "Triana", interpretada por la Banda de Música María Santísima de la Victoria, de Las Cigarreras. En esta plaza, el paso, comandado por los Villanueva, se detuvo ante un grupo de feligreses que le cantaron a la Virgen de la Alegría y que después serían los destinatarios de una dedicatoria de levantá extensiva a toda la comunidad parroquial de San Bartolomé.
En la mano derecha de la Virgen encontramos el principal estreno de este año, que era un ramillete de flores realizado por Bruno Halcón Gómez con piezas de nácar, oro, cristal, perlas naturales, cuarzo rosa y metal sobredorado. Además, tenía unos nuevos puños de encaje bordado en punto de aguja y alrededor del rostro un encaje de aplicación de Bruselas del siglo XIX donado por una familia.




























Por la calle Águilas, la Virgen de la Alegría avanzó con celeridad y a tambor hasta llegar a la ventana del Convento de Santa María de Jesús, cuyas religiosas clarisas le cantaron cuando el paso se detuvo y se giró levemente hacia ellas.
Y tras una levantá dedicada a las clarisas, "por su salud y su alegría", el paso siguió su camino a los sones del "Ave María" de Vavilov; y cuando se completó la partitura, siguió ganando metros para salir de la parte más estrecha de la calle antes de detenerse.
A continuación, giró hacia la calle Vírgenes con la marcha "La Esperanza de Triana", llegando con ella hasta Almirante Hoyos, donde de nuevo se paró mientras la tarde caía lentamente.





























Manuel Villanueva hizo sonar el llamador y el paso de la Virgen de la Alegría se levantó para salir a la confluencia entre las calles Cabeza del Rey Don Pedro y Muñoz y Pabón, girando hacia ésta mientras la Banda de las Cigarreras tocaba "Madre Hiniesta".
Una chicotá a tambor acercó a la Virgen a la plaza de Ramón Ybarra Llosent, por la que luego discurrió a los sones de "Coronación de la Macarena". Y enseguida se plantó en la plaza Nuestro Padre Jesús de la Salud con la marcha "Candelaria". Los cofrades de esta corporación del Martes Santo estaban en la puerta de San Nicolás, a la que se volvió el paso para que rezaran la Salve y realizaran una ofrenda floral.
Seguidamente, la Virgen de la Alegría comenzó a moverse para seguir su camino mientras la banda interpretaba "Jerusalén". Y minutos después, se marchó por la calle San José, ahora con la composición titulada precisamente "Virgen de la Alegría".




































A partir de este punto, la Virgen de la Alegría regresó a San Bartolomé por Levíes y la plaza de las Mercedarias, pasando de nuevo por la calle que lleva el nombre de la imagen y entrando en el templo pasadas las once y cuarto de la noche.

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